Obama quiere que Estados Unidos marque la pauta de la ayuda mundial al desarrollo

Obama ha insistido en que en un mundo globalizado la riqueza y la pobreza ya no respetan fronteras y por ello deja de tener sentido “el viejo mito de que el desarrollo es mera caridad que no sirve nuestros intereses”. Ha anunciado una ofensiva para volver a poner a Estados Unidos en cabeza de la ayuda mundial al desarrollo, marcando el paso y la pauta.

Pero aunque fuentes de la Casa Blanca aseguran que está previsto aumentar el presupuesto para ayuda al desarrollo entre 25.000 y 52.000 millones de dólares , la idea no es tanto lanzar un Plan Marshall planetario como una nueva política global de ayuda al desarrollo. En lo sucesivo ecompetirá en importancia estratégica con la política de defensa y la exterior y, aunque estará coordinada por la secretaria de Estado, Hillary Clinton, no estará claro que esta tenga siempre la última palabra. Se creará una agencia intergubernamental que responderá directamente ante el presidente .

La Casa Blanca lleva meses trabajando en estos cambios, que parten de la premisa de que la ayuda al desarrollo va a ser una de las armas del futuro. Tanto en términos de influencia diplomática y política en las economías emergentes como de capacidad de aprovechar el desarrollo de estas como motor del propio. Estados Unidos quiere implicar a los países en desarrollo es una especie de magna joint venture para el crecimiento económico mundial, con evaluaciones periódicas demostrables , constatando qué pone y qué gasta cada país, y con qué resultados. Hacer del mundo una gran empresa.

El presidente de Estados Unidos reconoció que algunos de los Objetivos del Milenio se han cumplido pero otros están muy lejos de hacerlo y si se sigue actuando como hasta ahora simplemente no se cumplirán. Criticó el “cinismo de pensar que algunos países están condenados a la pobreza perpetua” o a ser perpetuos receptores de ayuda. “Lo que hay que hacer es ayudarles a encontrar su propio camino hacia el desarrollo”, remachó.

¿Cómo? Obama pidió “una nueva división del trabajo” humanitario y una cooperación mucho más estrecha entre la iniciativa pública y la privada. Sus palabras podían interpretarse tanto como a una nueva era de ayuda concertada al desarrollo como de control mucho más estricto de las operaciones de las ONG’s.

En general el presidente de Estados Unidos se mostró más ambicioso que específico, al igual que las fuentes de la Casa Blanca que, pocas horas antes de su discurso, afirmaban la disposición de Obama a “negociar” en el seno del G20 y del G8 “innovaciones financieras” para liberar más fondos para el desarrollo. Pero eludiendo en todo momento comprometerse con la Tasa Tobin propuesta por José Luis Rodríguez Zapatero y Nicolas Sarkozy .