Así son las temibles cárceles en las que el chavismo encierra a los opositores: celdas minúsculas, torturas y mala alimentación

Aunque, por el momento, no se sabe dónde están encarcelados, hay varios centros de detención en Venezuela que son conocidos por la extraordinaria dureza de sus condiciones. Entre ellos, figuran la prisión de Ramo Verde (Los Teques, estado de Miranda), en la que estuvo preso el opositor Leopoldo López; la Tumba (Caracas), gestionada por el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin); y el Helicoide (Caracas), también gestionado por el Sebin, y el más conocido de todos ellos.

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La cárcel militar de Ramo Verde acaparó titulares en la prensa internacional por convertirse en el lugar en el que fue encerrado el líder opositor Leopoldo López, que sufrió el régimen de aislamiento. Las imágenes sobre su estancia en prisión demuestran que López estuvo atrapado en un habitáculo de pequeñas dimensiones. Según informó en 2014 la corresponsal de ABC en Caracas, Ludmila Vinogradoff, López y otros de sus compañeros sufrían penalidades provocadas por las autoridades carcelarias, que les arrojaban a sus celdas excrementos y restos de orina por las noches y les cortaban la luz y el agua. Además, el opositor y otros encarcelados se veían obligados a escuchar hasta altas horas de la madrugada canciones chavistas -como 'Chávez vive, la lucha sigue'- con el propósito de que no pudieran dormir ni descansar.

Situada en la sede del Sebin, en Caracas, el centro de detención es tristemente célebre por las condiciones infrahumanas que padecen los que se ven recluidos en sus celdas, como han reseñado en ABC Ludmila Vinogradoff. Según las declaraciones hechas en 2015 por el expresidente de Colombia Andrés Pastrana, los habitáculos de la Tumba se encuentran en el subsuelo, a cinco pisos bajo tierra, «con aire acondicionado a temperaturas por debajo de cero, donde meten a estudiantes que protestan y que no ven la luz entre tres y cuatro meses». A esas condiciones lamentables se suma la estrechez de las celdas, de 2x3 metros, en la que los arrestados solo escuchan los ruidos del metro y contemplan un entorno en el que solo hay dos colores: blanco y gris. «No hay ni sol, ni luna, ni tiempo, porque no tienen reloj, por lo que no tienen noción de la hora, y no se saben si realmente es de día o es de noche», explicó a ABC la abogada Tamara Sujú, que visitó las instalaciones para defender a unos jóvenes estudiantes. Un abanico de condiciones pensadas para quebrar el equilibrio psicológico de los arrestados.

Esta temida cárcel de Caracas, distinguida por la forma enrevesada del edificio que la contiene -y que acogió un centro comercial en los años 50-, es el escenario de la peor brutalidad chavista. Como han explicado en varios reportajes David Alandete, corresponsal de ABC en Washington, y Susana Gaviña, redactora de ABC, las condiciones son penosas para los arrestados que son conducidos hasta las instalaciones. Por ejemplo, Alandete recogió el testimonio del estadounidense Joshua Holt, encerrado en una celda de tamaño mínimo, en la que apenas cabía una cama infantil, en la que sufrió la presencia de cucarachas y moscas, el brillo de una luz fluorescente que nunca se apagaba y la ausencia de ventilación y luz. Tanto su mujer y él padecieron torturas y un declive de su estado de salud.

Una reconstrucción virtual del interior del Helicoide, realizada para mostrar los horrores que se comenten en su interior, se dio a conocer en 2023, como informó Gaviña. Los testimonios recopilados sobre la situación en el interior de la cárcel inciden en la brutalidad de la tortura: descargas eléctricas, ahogamiento, colgamiento mientras insectos recorren el cuerpo de los detenidos, además de la imposición de condiciones de reclusión que violan las consideraciones más básicas sobre la dignidad humana.

Por el momento, se esperan nuevas noticias sobre el destino de los dos españoles detenidos, aunque desde el Ministerio de Exteriores ya se ha anunciado el inicio de los trámites pertinentes para garantizar su protección.