Hun ha indicado que la petición ha sido presentada tras un diálogo directo con su hijo y actual primer ministro camboyano, Hun Manet, por lo que ha procedido a solicitar al CICR hacer uso de su «papel humanitario» a medida que aumenta la preocupación entre los camboyanos por el futuro de estos soldados.
«La parte tailandesa movilizó a sus tropas y detuvo a 18 soldados camboyanos en una base tan solo ocho horas después de que se acordara el alto el fuego. Esta es una clara violación del mismo y ya estaba prohibido tanto el uso de armas como el movimiento de tropas«, ha aclarado en un mensaje difundido a través de la red social Facebook.
En este sentido, ha acusado a las fuerzas tailandesas de «romper los términos del acuerdo al entrar en territorio camboyano», unas palabras que llegan varios días después de que Camboya confirmara la entrega por parte de las fuerzas tailandesas de dos de los veinte militares que fueron hechos prisioneros en un primer momento.
El Ejército camboyano, aseguró entonces que mantiene las condiciones de la tregua y volvió a subrayar que no ha violado el acuerdo, al tiempo que explicó que estos dos militares son Ang Oeung, de 37 años, y Mom Vuthy, de 53, quienes tuvieron que ser ingresados en un hospital de Camboya a su regreso al país a través del paso fronterizo en la ciudad de O Smach.
Por su parte, el Ejército tailandés ha confirmado en un comunicado que los 18 militares siguen bajo custodia y ha explicado que son considerados «prisioneros de guerra» dado que forman parte de las fuerzas de otro país «en el marco de un conflicto armado».
Además, ha asegurado que garantiza su seguridad e integridad física y que todos ellos han sido sometidos a chequeos médicos. «Ser un prisionero de guerra no es una condena, implica una protección bajo la Convención de Ginebra», ha recalcado.
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