Buscas taiwaneses fabricados en Europa, carga explosiva y el Mossad: la principal hipótesis del ataque masivo contra Hizbolá

Aunque en un primer momento se especuló con un posible ciberaataque, el diario 'The New York Times', citando fuentes de seguridad, aseguró que el Mossad logró manipular cada uno de los aparatos antes de su llegada a Líbano y colocó una pequeña carga de explosivo junto a la batería. Los dispositivos estaban programados para emitir un pitido durante varios segundos antes de explotar.

La empresa taiwanesa Gold Apollo negó haber fabricado los dispositivos AR-924, la mayoría de los que sufrieron la explosión, y aseguró que la responsable de producirlos es una compañía europea denominada BAC, con sede en Budapest. Como es habitual en estas ocasiones, Israel ni confirma, ni desmiente su implicación, pero cada vez que hay un golpe de esta magnitud a las pocas horas comienzan las filtraciones a 'The New York Times' y otros medios en los que se explican algunos detalles clave.

'The Jerusalem Post' indicó que fue una operación conjunta del Mossad y de la Inteligencia militar israelí y el portal Axios dijo que se eligió lanzar el ataque «por temor a que el grupo pudiera haber descubierto su operación secreta». La orden final se dio a las pocas horas de una reunión en Tel Aviv entre el principal asesor del presidente Joe Biden para Oriente Medio, Amos Hochstein, con Benjamín Netanyahu y el ministro de Defensa, Yoav Gallant, aunque los estadounidenses insisten en que ellos no tenían información alguna.

El máximo responsable de Hizbolá, Hasán Nasrala, hablará mañana para valorar la situación tras este gran fallo de seguridad interno en el partido milicia. El diario libanés 'Al Akhbar', próximo al Partido de Dios, señaló que «el enemigo logró asestar su golpe más duro al cuerpo de la Resistencia Islámica desde el comienzo del conflicto en una operación de seguridad excepcional en términos de capacidad de alcanzar objetivos y medios de comunicación. El enemigo demostró la superioridad tecnológica y de Inteligencia».

Un mes después del asesinato del líder de Hamás, Ismael Haniyeh, en Teherán, la Inteligencia israelí vuelve a golpear con una operación sin precedentes que supone un duro impacto para la moral de Hizbolá porque su enemigo ha penetrado hasta la médula de su sistema de comunicación interna. «Lo que el enemigo confirmó en la operación es que no quiere respetar las reglas de enfrentamiento que impiden acercarse a civiles o instalaciones civiles», apuntan desde Al Akhbar, que alerta de que el ataque a gran escala contra los buscas puede abrir la puerta «a alguna locura, que a veces es útil para despertar los sentidos de quien ya no tiene ningún tipo de sentimiento». Todo un aviso sobre el tipo de respuesta que puede dar la milicia chií para intentar recuperar el efecto de disuasión que ha perdido frente a Israel.