Biden exige en la ONU mantener el apoyo a Ucrania: «Rusia cree que el mundo se cansará»
El presidente de EE.UU. ha recordado el apoyo de su país a Kiev y ha apuntado que solo Rusia puede poner fin a la guerra
Con Zelenski, pero sin grandes líderes, la ONU celebra su 'semana grande' en crisis
El presidente de EE.UU., Joe Biden.
Joe Biden subió este martes al podio de mármol verde de la Asamblea General de la ONU, en su sede de Nueva York, con un objetivo claro: llamar a filas a la comunidad internacional para mantener el apoyo a Ucrania frente a la ... agresión de Rusia.
«Rusia cree que el mundo se cansará y permitirá que brutalice a Ucrania sin consecuencias», dijo el presidente de EE.UU., en un momento en el que la guerra se alarga durante más de año y medio, no tiene un final en el horizonte y ha desgastado voluntades dentro y fuera de la primera potencia mundial.
«Pero os pregunto algo», dijo a los líderes internacionales congregados, entre ellos, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, con su vestimenta caqui de tiempo de guerra. «Si abandonamos los principios centrales de EE.UU. (fue un error de lectura de Biden, se refería a los principios centrales de Naciones Unidas, los establecidos en la Carta de la ONU) para calmar a un agresor, ¿puede cualquier miembro de esta organización tener seguridad de que está protegido? Si permitimos que Ucrania sea troceada, ¿está la independencia de cualquier nación asegurada? Yo sugiero respetuosamente que la respuesta es ‘no’».
No es la primera vez que Biden expone la idea de que dar manga ancha a Rusia en Ucrania fomentará los abusos por parte de otros actores en el futuro. «Debemos plantarnos hoy ante esta agresión pura para disuadir a quienes querrán agredir mañana», insistió. «Por ello, EE.UU. y nuestros aliados y socios en todo el mundo seguiremos apoyando al pueblo valeroso de Ucrania en su defensa de su soberanía y su integridad territorial, además de su libertad».
Moscú es culpable
Biden hizo este llamamiento tanto de puertas afuera como de puertas adentro. Uno de los objetivos para EE.UU. en este cónclave es conseguir más apoyos para esta causa desde el llamado ‘sur global’, los países en desarrollo que cada vez orbitan más hacia otras potencias, como China o Rusia. Una queja cada vez más repetida entre estos países en desarrollo es que se presta demasiado atención a Ucrania y no a la multitud de crisis que ellos sufren. Por ejemplo, Biden mantuvo una cumbre con cinco líderes de Asia central tras el discurso -Uzbekistán, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Turkmenistán-, una región de ex repúblicas soviéticas que se disputan Rusia y China, pero donde EE.UU. busca ganar influencia. El miércoles, mientras tanto, tiene prevista una reunión con Luiz Inácio ‘Lula’ Da Silva, el presidente de Brasil, la economía más importante de Sudamérica.
Tanto Vladímir Putin, presidente de Rusia, como Xi Jinping, su homólogo chino y gran apoyo económico y diplomático en la agresión a Ucrania, se han ausentado de la cita en Nueva York. Tampoco ha venido Narendra Modi, el primer ministro de India, un país de gran peso económico y político y que ha optado por no destruir puentes con Rusia por la guerra.
Biden, como Zelenski, que iba a hablar unas horas después del presidente de EE.UU., buscaron combatir la idea de una negociación de paz a toda costa. Biden defendió los esfuerzos de Ucrania para conseguir una «resolución diplomática que consiga una paz justa y duradera», pero para ello son necesarias muchas cesiones por parte de Rusia.
Uno de los objetivos para EE.UU. en este cónclave es conseguir más apoyos para la causa desde el llamado ‘sur global’
«Rusia es la única que tiene responsabilidad en esta guerra y la única que tiene el poder de pararla inmediatamente», dijo Biden. «Es Rusia la que impide el camino a la paz. Porque para Rusia el precio de la paz es la capitulación de Ucrania, el territorio de Ucrania y los niños de Ucrania», defendió.
Pero a Biden le preocupa tanto o más el apoyo a Ucrania en EE.UU. Las encuestas han mostrado un debilitamiento del soporte popular al envío ilimitado de armas. Los republicanos son cada vez más combativos con la factura multimillonaria que supone la guerra para los contribuyentes estadounidenses. El presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, se ha comprometido a que deje de haber un «cheque en blanco» para Kiev. Los legisladores más extremistas de su partido tratan de que se corte de raíz toda financiación a Ucrania. Y Donald Trump, su favorito para ser el nominado para las presidenciales del año que viene, agita el debate con declaraciones explosivas, como halagos a Putin, promesas de acabar la guerra en 24 horas si recupera la Casa Blanca o presiones al Congreso de suspender la ayuda a Ucrania si no se entrega toda la documentación existente sobre Hunter Biden, el hijo díscolo del presidente.
Amenaza existencial
El discurso de Biden trató muchos otros temas: desigualdades, desarrollo económico, derechos humanos, agenda LGBTQI+ (que le costó deletrear) y, sobre todo, camino climático, una de sus prioridades. «EE.UU. ha tratado esta crisis como una amenaza existencial desde el momento en que llegamos al Gobierno, no solo para nosotros, sino para la Humanidad», defendió Biden. Sin embargo, los activistas climáticos esperaban más compromisos por parte del presidente de EE.UU. para eliminar con. Más rapidez el uso de combustibles fósiles.
Las encuestas han mostrado un debilitamiento del soporte popular al envío ilimitado de armas
No se olvidó Biden de China, su gran rival a nivel global. «Buscamos gestionar con responsabilidad la competición entre ambos países para que no caigamos en conflicto», dijo sobre el gigante asiático. «Queremos reducir riesgos, no desacoplarnos de China. Responderemos a las agresiones e intimidaciones -advirtió-, pero también queremos trabajar con China en asuntos y progresos que dependen de nuestros esfuerzos comunes y nada es más crítico en ello que la aceleración de la crisis climática».
Por la noche, estaba previsto que Biden fuera el anfitrión de la tradicional recepción que EE.UU. ofrece a los líderes que visitan Nueva York. Será en el Museo Metropolitano, donde los esfuerzos diplomáticos se acelerarán para la principal cita del miércoles: un debate abierto en el Consejo de Seguridad en el que participarán Zelesnki y el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, además de muchos otros mandatarios.