Siria intensifica la represión brutal de las protestas

Miles de sirios salieron ayer a las calles en varias localidades, pese a las detenciones y al despliegue de los tanques del Ejército.

Por su parte, la agencia de noticias oficial siria, SANA, informó de que «cientos de personas se reunieron este viernes tras el rezo del viernes en Hama cantando diversos lemas», y añadió que las fuerzas de seguridad y la Policía habían permanecido alejadas de la protesta. En 1982, la ciudad de Hama fue el escenario de una brutal campaña de represión, que dejó unos 20.000 muertos, tras un levantamiento de los Hermanos Musulmanes contra el entonces presidente del país, Hafez al Assad, el padre del actual mandatario.

Además de la brutal represión en Hama, las fuerzas de seguridad sirias usaron también munición real para dispersar a los manifestantes que se habían congregado en la ciudad de Deir el Zor, en el este del país, según han informado residentes en la misma. Asimismo, se produjeron protestas en otros puntos de la geografía siria. Según activistas y residentes, miles de personas han marchado en la provincia de Idlib (noroeste), en el noreste mayoritariamente kurdo del país, en varios suburbios de Damasco y en la ciudad central de Homs así como en las localidades de Madaya y Zabadani, al oeste de la capital y cerca de la frontera con Líbano, y en la llanura de Hauran, en el sur, donde varias localidades están rodeadas por los tanques del Ejército.

Por otra parte, la representante especial para la Violencia contra la Infancia de la ONU, Marta Santos, exigió ayeral Gobierno sirio que emprenda una investigación «meticulosa e imparcial» sobre las muertes de menores durante la represión de las protestas en Siria. La investigación, dijo, debe incluir todos los casos de arrestos ilegales en manifestaciones y torturas durante el periodo de detención.

Según los medios de comunicación, varios centenares de personas, niños y mujeres incluidos, han fallecido en Siria a raíz de las protestas reprimidas con inusitada violencia en varias ciudades del país. Unos 1.000 civiles han muerto y otros 10.000 han sido detenidos, según datos de organizaciones pro derechos humanos. La agencia de la ONU para la Infancia cifra en 30 los niños fallecidos hasta el momento.