Berlín ofrece asilo político a la esposa de Navalni, el líder opositor ruso encarcelado

El semanario alemán 'Der Spiegel', que promovió activamente el traslado de Álexei Navalni a Berlín el año pasado, desde la clínica de Omsk en la que estaba siendo tratado y que negaba el envenenamiento, publica ahora también la llegada de su esposa a Alemania. De acuerdo con la revista, el motivo de su visita es de carácter privado , pero todo apunta a que ha dejado Rusia por miedo a represalias y es muy posible que acepte ahora la oferta de recibir el estatus de asilo político que el gobierno ofreció en su día al matrimonio. Navalni lo rechazó entonces porque deseaba volver a Rusia y seguir plantando cara al presidente Vladimir Putin.

El pasado 17 de enero, Naválnaya regresó a Moscú junto a su marido, que fue detenido inmediatamente después de aterrizar en su país, a lo que siguió un juicio rápido y una condena de tres años y medio de prisión. También Yulia fue arrestada durante las protestas que pedían la liberación del opositor ruso. «Perdón por la mala calidad de la imagen», ironizó en las redes sociales a través de las que comunicó su detención, «la luz del coche de policía es muy mala». Después de ser liberada, ha intentado visitar a su marido, que se encuentra ahora en la famosa prisión de máxima seguridad de Matrosskaya Tishina, en la que ya han muerto varios miembros de la oposición . También ha participado en la presentación de un vídeo que pretende probar que el presidente Putin intenta levantar un «imperio zarista» en el Mar Negro a partir de sobornos. El Kremlin describe las acusaciones vertidas en la película, que ha sido vista más de 68 millones de veces, como «tonterías» y «mentiras».

Yulia nació en Moscú en 1976 , hija de un científico y una funcionaria . Estudió economía, hizo prácticas en el extranjero y trabajó en un banco de la capital rusa. Cuando tenían 22 años, se conocieron en una playa de Turquía y siguen juntos desde entonces. Poco antes del nacimiento de su segundo hijo, Naválnaya dejó su trabajo para dedicarse a su familia. «Su papel ha cambiado. De esposa de un político, se ha convertido ella misma en una política . Tiene carisma y encanto, es una persona creativa, valiente y puede sustituir fácilmente a su marido si hace falta», describe el politólogo Konstantin Kalachev.

Por todo esto se ha convertido en una persona incómoda para el gobierno ruso y teme allí por su seguridad, mientras que en Alemania cuenta con el apoyo del Estado. El caso Navalni ha ocupado hoy parte del debate parlamentario en el Bundestag , en el que la oposición ha solicitado un aumento de las sanciones a Moscú, algo que el co-gubernamental Partido Socialdemócrata (SPD) no descarta. La conservadora CDU, que lidera la gran coalición de gobierno, prefiere desligar el caso Navalni de sanciones unilaterales y que las decisiones sean tomadas en Bruselas junto con el resto de los socios de la UE.

La última vez que estuvo con su marido, el pasado 2 de febrero en el inicio del juicio, Álexei dijo a Yulia: «Estoy orgulloso de ti» . «Te mostraron en la televisión que vi desde mi celda y dijeron que constantemente perturbas el orden público . ¡Chica mala! Estoy orgulloso de ti», dijo. Según fuentes próximas a la pareja también le pidió que huyese a Alemania, pero en ese momento su esposa se negó porque deseaba estar a su lado, apoyando su causa desde fuera, el mayor tiempo posible. En las últimas dos semanas, sin embargo, el entorno de Navalni ha comprobado que nada puede aportar allí y que su detención supondría una presión adicional sobre el preso político, cuya situación es ya suficientemente complicada.

Su ubicación en Berlín es mantenida en secreto y nada ha dicho al respecto a través de la aplicación Instagram, con la que se comunica con los seguidores de la causa política de su marido. Dos días antes del inicio del juicio, escribió: «Esta es mi familia. Los dos jóvenes honestos en esta imagen son ejemplares y sin ninguna justificación para haber sido arrestados. Uno, porque fue envenenado, se atrevió a sobrevivir. El otro fue tomado como rehén porque tiene el mismo apellido - Navalni. Si no hacemos nada, vendrán a buscarnos a cada uno de nosotros». Se refería al ataque con veneno a su esposo y al arresto de su cuñado, Oleg Navalni , hermano de Álexei, que había sido detenido como «rehén». Acusó a Putin de determinar el destino de las personas a voluntad: él decide «quién es encerrado, quién es envenenado».