Turquía se erige como el último enlace de la OTAN con los talibanes
Su decisión de asumir la protección del aeropuerto de Kabul da a Erdogan la clave de la situación
Cómo era la vida en Afganistán en los años 70
Historia de Afganistán: claves para entender lo que está pasando
Enrique Serbeto
Confirmada la salida de los últimos soldados de los aliados europeos de Afganistán, con la retirada completa del numeroso contingente alemán, Turquía se convierte en el actor esencial en el campo militar y político en esta época convulsa que sucede al fracaso de la ... mayor operación militar de la hisoria de la OTAN fuera de su zona natural de influencia. Los soldados turcos son los que protegen el aeropuerto de Kabul, que se ha convertido en el último bastión occidental y refugio de los pocos representantes diplomáticos extranjeros, incluyendo el encargado de negocios norteamericano, que aún permanecen en Kabul después de la entrada de los talibanes. El máximo dirigente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha prometido que hará «todo lo posible para garantizar la estabilidad en Afganistán y en toda la región», aprovechando sus privilegiadas relaciones con Pakistán, que ahora es el principal aliado de los talibanes. Portavoces de Ankara han asegurado que por ahora no se ha producido «ningún desarrollo negativo o amenaza contra las tropas turcas desplegadas en el aeropuerto».
Alemania que tenía uno de los mayores contingentes militares en aquel país después de los norteamericanos, ya retiró en junio los últimos 570 soldados desde la ciudad norteña de Mazar i Sharif, donde habían permanecido cerca de 20 años manteniendo la paz en una de las zonas más delicadas de todo Afganistán. En el último transporte salieron también los miembros de las fuerzas especiales de la KSK, que tenían la misión de asegurar las últimas instanalaciones y el proceso de traslado de los soldados. En general, todos los aliados europeos ya habían procedido a la evacuación de sus militares antes del verano teniendo en cuenta que los norteamericanos pensaban alargar el proceso hasta septiembre. Los países más involucrados además de Alemania y Turquía eran el Reino Unido e Italia, aunque también había socios como Ucrania que mantenían una presencia simbólica de 10 soldados en la última operación de la OTAN ‘Resolute Support’.
El Reino Unido había anunciado el viernes el envío de 600 paracaidistas para evacuar a los británicos, incluyendo a los intérpretes y al resto del personal afgano, «a la luz del aumento de la violencia y el rápido deterioro del entorno de seguridad en el país». Lóndres ha decidido como muchos otros países abandonar su embajada y retirar al embajador y a todo el personal diplomático, ante la toma del poder por parte de los talibanes. Francia ya había ordenado la salida del país de todos sus nacionales civiles el pasado 17 de julio y solo dejó su embajada pensando también en que sería necesario que el embajador se refugiase también en el aeropuerto de Kabul, que en estos momentos ya es la única vía de comunicación para salir del país que aún no está bajo control de los talibanes. Italia también ha retirado a todos sus militares y ejecutaba en las últimas horas la operación ‘Aquila Omnia’, «para la evacuación humanitaria del territorio afgano de todos los colaboradores afganos del Ministerio de Defensa y del Ministerio de Asuntos Exteriores lo antes posible, a través de un puente aéreo asegurado con vuelos comerciales el 16 de agosto y a partir del 17 con aviones militares».
Turquía es consciente de que su principal activo político en estos momentos será precisamente ser el último en salir de Afganistán, tal vez restablecer los contactos con los talibanes y, sobre todo, intensificar la cooperación con Pakistán para intentar contener la esperable afluencia de refugiados hacia Europa, como ya hizo en el caso de Siria. De este modo, las reticencias norteamericanas por su decisión de comprar misiles antiaéreos a Rusia que habían irritado enormemente en el seno de la OTAN, o su deriva antidemocrática, que causa serias preocupaciones en la Unión Europea, pasan a un segundo plano.
Ello puede tener repercusiones a la hora de reforzar también su presencia en Libia o en las tensiones con Grecia y Chipre por sus intentos de apoderarse de yacimientos energéticos que pueden existir en la zona económica de la isla. Erdogán tuvo ocasión de mostrar su posición privilegiada el sábado durante la ceremonia de entrega en Estambul de una corbeta construida por Turquía destinada a la armada de Pakistán, en presencia también del presidente paquistaní, Arif Alvi. Ambos mantuvieron una reunión en la que por supuesto hablaron de la toma del poder por parte de los talibanes y del cambio de escenario en toda la región . «Las preocupaciones sobre una nueva gran afluencia de refugiados derivadas de la creciente inestabilidad en esta región solo pueden evitarse con nuestra cooperación» dijo Erdogan. Tanto Turquía como Paquistán calculan que van a recibir una avalancha de de refugiados afganos a través de Irán.
Turquía controla por ahora el aeropuerto de Kabul con alrededor de 500 soldados y ha negociado con Estados Unidos su papel como continuador de la presencia aliada en Afganistán. La compañía de bandera Turkish Airlines realiza por ahora hasta 10 vuelos a la semana desde Kabul para evacuar a sus nacionales. Los diplomáticos turcos y los de otros países, incluyendo a los norteamericanos, permanecen en el perímetro protegido del aeropuerto de la capital.
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