Los ocho traidores de Berlusconi

Silvio Berlusconi, el hombre más rico de Italia, y una de las grandes fortunas del mundo, no podía entender que en la votación de ayer algunos diputados que él llevó al Parlamento no lo hubieran votado. A pesar que él, a buen seguro, como ha demostrado en otras ocasiones anteriores con votaciones cruciales ha pagado los votos a precio de oro.

Tras la votación, el primer ministro italiano fue directamente a controlar el listado de diputados, y leyó los nombres de los parlamentarios que no le votaron . Después declaró: «Es necesario saber qué hay que hacer, pero yo no me rindo, quiero seguir adelante».

Tras la votación, en la misma Cámara, «Il Cavaliere» se reunió con el círculo de ministros más próximo, y antes de abandonar el hemiciclo declaró: «Debemos saber qué hacer, hay un problema de números».

Cuando en las últimas semanas han arreciado las voces pidiendo su dimisión, Berlusconi siempre ha sostenido que no lo hacía porque tenía los números suficientes en el Parlamento para seguir gobernando. Ayer, por primera vez en esta legislatura, «Il Cavaliere» tuvo que rendirse ante la evidencia de los números .