Strauss-Kahn, un candidato socialista «víctima» de sus millones

“El primer fallo grave”, titulaba en primera página Le Figaro, para comenzar la “catástrofe” de las fotos de DSK y su esposa montando en un lujoso Porsche propiedad de uno de sus asesores de comunicación, Ramzi Khiroun, que también realiza el mismo trabajo para Arnaud Lagardère, uno de los hombres más ricos de Francia.

“El tren de vida de la pareja DSK-Anne Sinclair se ha convertido en el primer problema político de la campaña electoral socialista”, titula Le Monde .

Por su parte, el semanario Le Nouvel Observateur consagra dos páginas al “problema” del Porsche Panamero, en un número cuya portada titula: “Lo tienen todo, el dinero, el poder, los privilegios. Son la nueva oligarquía francesa”.

Por su parte, L'Express consagra diez páginas a las dimensiones políticas del patrimonio personal del matrimonio DSK en obras de arte y bienes inmobiliarios.

Anne Sinclair, casada en segundas nupcias con DSK , divorciado en dos ocasiones, aporta al matrimonio una legendaria fortuna en obras de arte herencia de su abuelo, Paul Rosenberg , uno de los grandes marchantes de arte del siglo XX, cuya esposa fue inmortalizada por Pablo Picasso en 1918. Anne Sinclair donó ese retrato al museo Picasso de París en 2008, beneficiándose fiscalmente. Pero en su colección personal continúan catalogadas obras maestras de Degas, Renoir, Cézanne, Matisse, Léger o Braque, entre otros.

En el terreno inmobiliario, la pareja posee pocos bienes, pero muy selectos. Una casa en Washington, un gran piso en la parisina plaza de los Vosgos y una mansión en Marrakech.

En el Partido Socialista, ese patrimonio y el tren de vida del presidente del FMI -cuyo salario está exento de impuesto, con tratamiento de jefe de Estado- se viven como una inconfesable “tragedia”, ya que los ricos no están muy bien vistos entre la burocracia socialista.

“No soporto a los ricos”, ha confesado François Hollande , posible rival de DSK a la candidatura socialista. “La izquierda no puede estar representada en la elección presidencial por un representante del establishment financiero”. Ese es el estigma que le ha caído al posible candidato socialista contra Sarkozy.

Alain Juppé, ministro de Asuntos Exteriores, ha comentado: “ DSK es un símbolo de la nueva izquierda ultracaviar ”. Y un militante de la UMP (Unión por un Movimiento Popular), el partido de Sarkozy, comenta, irónico: “DSK es un símbolo del nuevo capitalismo globalizado”.