Los socialdemócratas alemanes ya superan a Los Verdes en las encuestas

El grueso de la campaña está todavía por desarrollarse y Merkel, que en principio se había desentendido de la lucha electoral, comenzará a hacer presencia este próximo viernes , en un mitin que se celebrará en el Tempodrom de Berlín. Pero a pesar de que el resultado electoral no está todavía escrito, es evidente que la tendencia de voto está dando la vuelta con determinación y que el SPD se reafirma en su propensión alcista, a lo que se suma la creciente debilidad del resto de los grandes partidos.

Según el barómetro RTL / ntv, Los Verdes y los liberales del FDP pierden, cada uno, un punto porcentual en comparación con la semana anterior. La CDU / CSU no remonta desde el aciago 23% en el que ha caído en las últimas semanas, una derrota en toda regla si tenemos en cuenta que en las elecciones de 2017 obtuvo el 32,9%.

Mientras tanto, el SPD, con su 21%, se adelanta a Los Verdes, anclados en el 19%. El partido antieuropeo y anti extranjeros Alternativa para Alemania (AfD) obtendría un 10%, desciende desde el 12,6% de las pasadas elecciones, aunque este resultado puede variar debido al efecto que la ola de refugiados procedentes de Afganistán y que irá tocando a Europa en las próximas semanas. Este suceso puede dar a esta formación un impulso con el que nadie contaba . Y el número de no votantes o indecisos se mantiene en el 26%, una proporción ligeramente mayor que en las elecciones de 2017, en las que fue del 23,8%.

La ventaja de los socialdemócratas sería bastante mayor, en todo caso, si en lugar de votar a un partido los alemanes votasen directamente a un candidato. El vicecanciller, ministro de Finanzas y candidato del SPD, Olaf Scholz , gana tres puntos porcentuales en comparación con la semana anterior y se sitúa, con un 29%, 17 puntos porcentuales por delante del candidato de la CDU, Armin Laschet, sin cambios en el 12%. La verde Annalena Baerbock sigue perdiendo, un punto porcentual esta semana, y 14 puntos porcentuales peor que Scholz , con un 15%. Aunque sin duda el dato más optimista para los socialdemócratas es que solamente el 15% de los encuestados considera que los conservadores podrán «revertir» sus malas cifras en las encuestas, en las cinco que quedan antes de las elecciones.

El 47% opina que sus malos datos en las encuestas no cambiarán antes de las elecciones. El 33% piensa que los valores «seguirán empeorando». El hecho de que la CDU retrasase la elección de candidato está teniendo un efecto de lastre, puesto que buena parte de sus votantes sigue viendo como candidato con más posibilidades al presidente de Baviera, Markus Söder , descartado por aquel proceso interno pero que ha quedado fijado en la retina del electorado como opción más carismática. Si Söder fuera el candidato de CDU a canciller, en lugar de Armin Laschet y según la misma encuesta, el partido recuperará una cuarta parte de los votos que actualmente se suman a otras siglas.

Dada esta situación en los sondeos, las posibilidades para formar coalición de gobierno se amplían. La CDU / CSU proporcionaría 192 de los 748 escaños del nuevo Bundestag. Al SPD le corresponderían 172, a Los Verdes 155 , al FDP 98, a Die Linke (La Izquierda) 49 y AfD ocuparía 82 escaños. Los Verdes ganarían 88, el SPD 19 y el FDP 18 escaños en comparación con las elecciones federales de 2017. La Unión perdería 54, la Izquierda 20 y la AfD 12 escaños. Y puesto que se necesitan 374 diputados para formar un nuevo gobierno, tanto la CDU como el SPD podrían teóricamente reclamar la Cancillería de Berlín, mientras que para Los Verdes, que en primavera llegaron a acariciar ese sueño, se ha convertido ya en una utopía.

La mayoría más clara, con 462 escaños , sería la denominada «coalición de Alemania» formada por la CDU, el SPD y el FDP. La «coalición de Jamaica», compuesta por la CDU, Los Verdes y el FDP, tendría un total combinado de 445 escaños. Y la «coalición de semáforo», compuesta por el SPD, Los Verdes y el FDP tendría un total de 425 escaños . Una estrecha mayoría de un total de 376 mandatos, y por tanto muchas menos posibilidades de convertirse en realidad, tendría actualmente una «alianza de izquierda» rojo-rojo-verde.