Las mil ocurrencias del «bravucón» Schettino
Pide comida para él y una moldava de 25 años cuando el «Costa Concordia» ya ha chocado, huye mientras se hunde, dice que ha caído sin querer en un bote salvavidas, se niega a subir a bordo… la historia de este capitán no tiene precio
ABC.ES
Una tras otra, las peripecias del capitán Schettino en el «Costa Concordia» han superado los mejores guiones de las películas de enredo, si no fuera por los 13 muertos contabilizados hasta el momento. Desde el mismo instante en que salió a la luz que ... el capitán había huido del crucero mientras éste se hundía en la costa de la isla de Giglio , abandonando a los pasajeros a su suerte, no han parado de salir nuevos datos sobre este capitán que era definido por sus compañeros como «Temerario, bravucón y autoritario».
Primero nos enteramos con asombro de que el «bravucón» de Schettino había salido por patas nada más enterarse de que el crucero había chocado contra la costa , mientras el número de muertos crecía y el de desaparecidos se cifraba en 70. Por ello, fue acusado por la fiscalía de homicidio culposo múltiple, naufragio y abandono del barco mientras muchos pasajeros aún se encontraban dentro de la nave.
Comenzaban los primeros comentarios: «Según algunos testigos el capitán en el momento del accidente podría haberse encontrado cenando con una amiga y con aparentes síntomas de estar borracho», o «hemos estado dos horas y media en el barco porque el capitán se ha ido con el dinero. Y el primero que se ha ido ha sido el capitán», comentaban algunos pasajeros a ABC Punto Radio.
Naufragio mortal por un saludo
Después nos enteramos de que el «Costa Concordia» había sufrido su accidente porque Schettino quiso tener una deferencia con el «maitre» y con un excapitán de la compañía ya jubilado , a los que quiso saludar acercándose a la costa. Una frivolidad por la que el «Corriere Della Sera» titulaba «un gran naufragio, por un pequeño favor».
Las nuevas informaciones sobre el capitán eran continuas y cada vez más sorprendentes. Primero fingió estar a bordo del «Costa Concordia» en las conversaciones con la Capitanía de Puertos, cuando ya lo había abandonado y apenas se habían evacuado a 40 pasajeros , aunque él aseguró de que eran 4.000. «Ahora vuelvo al puente (de mando)», aseguró antes de explicar que se había ido a popa y dar cuatro datos erróneos cuando ya se encontraba lejos, hasta que tuvo que reconocer que ya no estaba a bordo.
Aquella conversación dio la vuelta al mundo y las frases de Schettino, con tono asustado y dando malas excusas, han dado lugar hasta a camisetas: «No podemos estar a bordo porque el buque estaba apopándose (hundiéndose por la popa, la parte trasera», mientras un oficial le gritaba, «usted decirme los cadáveres que hay. ¿Qué quiere hacer? ¿Quiere irse a casa? Vaya arriba y díganos qué se puede hacer, cuántas personas quedan y qué necesitan» o, más claramente, « ¡vuelva a bordo, coño! ». Estas frases convirtieron a Gregorio de Falco en el héroe de una Italia humillada por el capitán del «Costa Concordia» y en logo de camisetas .
Schettino, el «salvador»
No parecía suficiente bochorno para Schettino, que aún se atrevió a asegurar, cuando todo el mundo decía lo contrario, que «nunca» abandonó el buque tras el naufragio: «Yo estaba al mando de la nave. He limitado los daños y he salvado a miles de personas », dijo ante la jueza.
Y después, el no va más, aseverando que había sido «víctima de un incidente»: «Después del golpe con las rocas me encontré dentro de un bote salvavidas junto a numerosos pasajeros », contó Schettino.
Sin embargo, a Schettino le había dado tiempo antes de «caer» en el bote salvavidas, pero una hora después de chocar, a ordenar que le hicieran la cena para disfrutarla junto a una mujer, según informó uno de los cocineros. Una mujer, moldava de 25 años llamada Domnika , según se supo después, que se convirtió en uno de los múltiples misterios que rodearon a oscuro Schettino.
Pagará... si ha cometido un «error»
A esta mujer, de la que se tiene alguna imagen en el restaurante y en una lancha durante el rescate, resulta que no se encontraba en ninguna lista de pasajeros ni entre los rescatados . ¿Era huésped del capitán Schettino?, ¿por qué no estaba registrada?, ¿trabajaba sin contrato? Se preguntaba la prensa.
« Si he cometido un error, estoy dispuesto a asumir la responsabilidad , pero primero deben identificarse estos aspectos, estos errores, verificarlos, y luego podremos valorarlos todos», dijo Schettino recientemente, como tratando de sembrar las dudas. Pero salían antes de ayer salían a la luz nuevos testimonios en los que no parece caber las sombras: « La he liado. He pasado cerca del Giglio y hemos chocado . Y te informo de todo diciendo la verdad», decía el capitán del «Costa Concordia» la noche del accidente al director de operaciones marinas de la naviera.
Varios días y 13 muertos después de este trágico culebrón de nuevos datos siniestros, el capitán Schettino parece ir asumiendo poco a poco sus supuestas imprudencias y errores: «Voy a tener que vivir con los muertos», ha dicho. Pero esto no ha acabado…
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