El oligarca ruso Berezovski pierde un juicio millonario contra Abramovich

La batalla liderada entre los dos oligarcas rusos se ha decantado hacia el lado del multimillonario dueño del Chelsea Club de Fútbol, después de que la justicia británica desestimara la demanda presentada por Berezovsky contra Abramovich en relación a la venta de un paquete de acciones de la empresa siberiana Sibneft, por la que reclamaba una indemnización de 3.000 millones de libras esterlinas (3.750 millones de euros).

Según Berezovski, Abramóvich le forzó a vender a bajo precio su participación en Sibneft, la sexta petrolera rusa, de la que ellos dos tomaron el control entre 1995 y 1997 gracias las privatizaciones impulsadas por el entonces presidente Borís Yeltsin . Berezovski sostiene que Abramóvich le empujó a vender por 1.300 millones de dólares (940 millones de euros) unas acciones que cotizaban mucho más, bajo la amenaza de conseguir que el presidente de Putin se las expropiara.

No obstante, la jueza inglesa Elizabeth Gloster en la lectura de su sentencia dictaminó que Abramovich fue un socio «leal y fiable», desestimando todas las reclamaciones interpuestas por Berezvoski. En la sala de los juzgados de lo mercantil, sólo compareció el demandante, que dispuesto a escuchar una sentencia favorable, no le quedó más remedio que asumir la derrota. «En ocasiones, su testimonio fue deliberadamente deshonesto. A veces claramente inventó las pruebas y mostró dificultades para responder a cuestiones relacionadas con el caso de manera consistente», señaló Gloster.

La gran ausencia de este trepidante juicio fue la de Abramovich, el niño pobre que perdió a sus padres a una edad muy temprana y logró hacer fortuna estableciendo y liquidando una veintena de compañías. En su representación, su abogado, Jonathan Sumption , afirmó que Berezovski recibió el pago de millones de libras a cambio de «apadrinar» la incipiente carrera de su representado.

La mayor amenaza para Berezovsky, que había iniciado su carrera como empresario en los años 80, fue su gran pasión por la política, convirtiéndole en un hombre incómodo para Putin, el hombre elegido por Yeltsin para sucederle en la presidencia de Rusia. Tras codearse con la creme de la creme de la cúpula política tras el colapso de la URSS el empeoramiento de sus relaciones con Putin incitó al oligarca a refugiarse en londres en el año 2000 , donde Abramovich había cimentado su estatus como uno de los mayores multimillonarios del mundo.

Las reuniones mafiosas en lugares paradisíacos, las acérrimas luchas por el poder y el manejo de cantidades ingentes de dinero han levantado una expectación máxima durante todo el juicio, que ha durado casi un año y ha logrado dar forma a una historia auténticamente rusa.