«Reportaje especial»: tanques rusos invaden Georgia
Ocho de la tarde del sábado en Georgia, comienza el informativo del canal de televisión pro gubernamental Imedi. “Reportaje especial”, aparece en pantalla, y se advierte que lo que van a ver en adelante los telespectadores es una emulación de “cómo podrían desarrollarse los acontecimientos” ... en el país.
La advertencia pasa desapercibida para casi todo el mundo. A continuación, el presentador informa que Eduard Kokoiti, el presidente de Osetia del Sur, territorio georgiano independizado y en donde comenzó la guerra que condujo a la ocupación del país por parte de las tropas rusas en agosto de 2008, ha sido víctima de un atentado. La noticia sí consigue ahora atraer la atención de la audiencia, pero casi todos ignoran la indicación inicial.
Durante media hora, Imedi escupe información como una ametralladora. Se dice que la respuesta de Moscú a la supuesta muerte de Kokoiti es una nueva intervención armada. Tanques rusos empiezan a atravesar la frontera con Georgia. En pantalla se muestran imágenes de archivo de la contienda de 2008.
Después se asegura que los puertos y aeropuertos georgianos están siendo bombardeados, el presidente del país, Mijaíl Saakashvili, ha sido asesinado y los combates se libran ya muy cerca de Tiflis, la capital, a cuyas inmediaciones han llegado varias unidades de tanques.
Se asevera que algunos destacamentos del Ejército georgiano se han pasado al enemigo y se ha formado un Gobierno colaboracionista dirigido por la ex presidenta del Parlamento, Nino Burdzhanadze (recibida por Vladímir Putin en Moscú el pasado día 4). Georgia, invadida otra vez por destacamentos rusos, se encuentra prácticamente en situación de guerra civil.
Se disparan las llamadas telefónicas, las líneas se colapsan, los servicios médicos no dan abasto: desmayos, ataques de histeria e incluso infartos. Ni siquiera cuando Orson Welles engañó a los estadounidenses el 30 de octubre de 1938 con una invasión marciana se produjo tanto pánico. Según un diputado georgiano, una mujer, cuyo hijo está haciendo la mili, murió por paro cardiaco.
Los habitantes de las zonas colindantes con Osetia del Sur y Abjasia comenzaron a abandonar sus casas y a evacuar la zona. El reportaje difundido por Imedi causó confusión en Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur. Mientras, la agencia rusa Interfax daba la noticia con “urgente” y la radio Eco de Moscú interrumpía su programación habitual para emitir un boletín informativo sobre la supuesta crisis en Georgia.
Al final, Imedi reiteró que todo fue una ficción y pidió disculpas. Gueorgui Arveladze, director del grupo mediático propietario del canal, declaró que la intención del programa era “advertir de que existe tal amenaza y de que debemos estar unidos ante ella”.
Saakashvili criticó ayer el hecho de que no hubiera habido permanentemente en pantalla un subtítulo avisando de que todo era fingido, pero aplaudió la iniciativa señalando que “está enormemente cerca de lo que realmente podría pasar. Es lo que tienen en mente nuestros enemigos”.
Ayer y el sábado, varios centenares de personas convocadas por la oposición protestaron ante los estudios de Imedi. Los congregados creen que nadie se hubiera atrevido a poner en antena el polémico reportaje sin el visto bueno de Saakashvili. Rusia, Osetia del Sur y Abjasia han condenado la “falsificación” de Imedi, tachándola de “provocación”.
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