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El presidente Temer se enfrenta a su segunda huelga en dos meses

Sindicalistas protestan contra la austeridad, las reformas laborales y piden su renuncia

Algunos manifestantes bloquean una autopista durante las protestas contra Temer REUTERS
Verónica Goyzueta

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En medio de las presiones de la Fiscalía y de las denuncias de corrupción en su contra, el presidente de Brasil, Michel Temer , se enfrenta a una segunda huelga en dos meses. Las principales centrales sindicales convocaron el paro como rechazo a las medidas de austeridad del Gobierno, a las reformas laborales y del sistema de jubilaciones que están en marcha en el Congreso, y para pedir la renuncia del presidente.

Grupos de manifestantes bloquearon vías de acceso en varias capitales del norte y de sur del país, como São Paulo, Brasilia, Rio de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre y Salvador. En São Paulo, principal centro de protestas, hubo bloqueos en las carreteras que llevan a los dos aeropuertos de la ciudad, Congonhas, y el internacional, Guarulhos. En Congonhas, principal centro de vuelos domésticos de Brasil, hubo protestas y gritos de «fuera Temer» en la entrada principal. Según Infraero, la empresa administradora de aeropuertos, el plan de vuelos no fue afectado.

A diferencia de la huelga general de finales de abril , los sindicatos de ómnibus y del metro no apoyaron la paralización de São Paulo, explicando que sufrieron descuentos de salarios en la paralización anterior, por lo que la Huelga General se convirtió en «Jornada de Luchas». Con el funcionamiento normal de los transportes, los efectos de la huelga se sintieron menos, por lo que la expectativa se concentró en las 16 marchas marcadas para el final del día en diferentes ciudades del país.

Trabajadores petroleros paralizaron las refinerías de Petrobras y en Brasilia y los sindicatos de transportes apoyaron el paro. Hubo barricadas y piquetes, así como represión policial en algunos puntos del país, como en el centro de São Paulo, donde los manifestantes fueron dispersados con gases lacrimógenos. En Río, las barricadas provocaron decenas de kilómetros de embotellamientos.

«No tendremos nuevos empleos, tendremos la informalidad institucionalizada. Será el fin del empleo formal, que garantiza los derechos conquistados, como las vacaciones y el aguinaldo», reclamó el presidente de la Central Única de Trabajadores (CUT), Vagner Freitas. Los empresarios, por su parte, dicen que las reformas son necesarias como salida al desempleo y apoyan al Gobierno en las reformas. Es un tema candente en medio de una de las peores crisis económicas del país, que ya llega a casi 14 millones de desempleados.

El paro desgasta más aún a Temer, que tiene apenas un 7% de aprobación y se enfrenta una serie de denuncias que ya están en manos del Congreso, que debe decidir si aceptará o no la petición de la Fiscalía que acusa al presidente por corrupción pasiva con pruebas contundentes en su contra.

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