El fiscal Mueller estrecha el cerco sobre WikiLeaks

Stone ya dijo a ABC en una entrevista en diciembre que sabía que el fiscal le pisaba los talones. Entonces dijo que en las elecciones de 2016 se limitó a compartir en Twitter «mensajes sobre las revelaciones que anunciaba WikiLeaks para atraer la atención de los medios y los votantes. A eso se le llama hacer política». Tras su arresto, el grupo de agentes del FBI que se presentó en su casa de Florida para arrestarle registró la vivienda en busca de pruebas. Tras una vista preliminar, el juez le dejó ayer en libertad bajo fianza de 250.000 dólares (220.000 euros).

En el auto, el fiscal Mueller asegura que en el verano de 2016, cuando Trump ya había ganado la nominación del Partido Republicano, Stone «contactó con representantes de la campaña de Trump sobre la «Organización 1» e información que podía estar en su poder y podía ser perjudicial para la campaña de Clinton . A Stone le contactaron altos directivos de la campaña de Trump para preguntar sobre futuras filtraciones de la «Organización 1».

En noviembre, la fiscalía reveló por error que había presentado cargos contra Julian Assange, asilado en la embajada ecuatoriana de Londres desde 2012 y que temía ser extraditado por Reino Unido a EE.UU. El auto de Mueller revela que la campaña de Trump estuvo en contacto con WikiLeaks a través de Stone, que a su vez empleó un intermediario : un presentador de radio de Nueva York llamado Randy Credico , que estaba en contacto con Assange.

El fiscal Mueller, que ya ha presentado cargos contra más de 30 personas, dice en su auto que el 18 de septiembre de 2016 Stone envió un correo a Credico en el que decía: «Te mando por email una petición para pasarle al jefe de la Organización 1», es decir, a Assange . En un punto, Mueller apunta a Trump al revelar una orden procedente desde lo más alto de la campaña: «Un alto directivo de la campaña de Trump recibió directrices para contactar a Stone sobre filtraciones adicionales y qué otra información dañina pudiera tener la campaña de Clinton».

En la primavera de 2016, un grupo de «hackers», que la inteligencia norteamericana ubica en Rusia, sustrajo correos electrónicos y otra información sensible del Partido Demócrata y la campaña de Clinton. Después de que Trump ganara la nominación republicana, WikiLeaks los publicó. La gran incógnita que Mueller trata de despejar es si Rusia actuó en beneficio de Trump con la mediación de WikiLeaks y Roger Stone.

En la entrevista de diciembre con este diario Stone acusó a Mueller de realizar una caza de brujas de la que él se veía víctima más pronto que tarde: «Creo que su objetivo es anular los resultados de las pasadas elecciones y echar al presidente», dijo.

Antes que Richard Stone, ya han sido condenados o se han declarado culpables muy estrechos colaboradores de Trump, como su jefe de campaña Paul Manafort o su abogado durante más de una década, Cohen.