Un padre de familia griego retiene armado a dos personas en su antigua empresa
El hombre, casado y con dos hijas pequeñas, hirió a su exjefe y a otro empleado. Había sido despedido en agosto por «conducta inapropiada»
Un padre de familia griego retiene armado a dos personas en su antigua empresa
A la una de la madrugada acabó entregándose a la policía el padre de familia griego que con un rifle de caza mantenía dos rehenes en la fábrica de la que había sido despedido ocho meses antes en la zona industrial de la ciudad de ... Comotiní, en Tracia (en el norte).
Ha sido identificado como Dimitrios Manikas, de 52 años, casado con su segunda esposa y con dos niñas pequeñas . No ha conseguido encontrar otro trabajo desde que el pasado mes de agosto fue despedido por «conducta inapropiada» y malas relaciones con sus compañeros de la fábrica de contenedores plásticos donde trabajaba desde el año 2000. Manikas habia entrado en la fábrica después de mediodia amenazando con su arma y pidiendo que le volvieran a contratar y que le pagaran los 31.000 euros que según él le debían .
Cuando el director de la fábrica se negó, le hirió a él y también a un obrero búlgaro. Ambos fueron hospitalizados minutos más tarde y se encuentran fuera de peligro). El hombre mantuvo como rehenes a otros dos empleados. Tras largas negociaciones con especialistas de la policía, finalmente Manikas liberó a sus rehenes y se entregó. Los rehenes se encuentran en buena salud.
El presidente del Centro Laboral de la ciudad de Comotiní, Pandelis Magaliós , ha declarado que se espera una explosión social en la zona, y que Manikas no es un hombre conflictivo, sino que es un hombres desesperado, como otros muchos. En esta provincia el paro supera el 40%, la zona industrial de Comotiní está destruida: en 2003 existían 99 fábricas en funcionamiento y ahora son ocho las que quedan abiertas. Ese mismo año trabajaban 17.000 personas y ahora son menos de 900 los trabajadores con empleo, aunque muchos no cobran sus salarios todos los meses y han visto sus horas recortadas. En la empresa dónde tuvo lugar este incidente, HELSI PCL, trabajaban 150 personas y ahora la plantilla se ha visto reducida a la mitad. La recesión no perdona.
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