El número de muertos por el terremoto en Chile asciende a 723 muertos mientras se bsuca a 19 desaparecidos

Tres días después del terremoto, millones de chilenos que todavía no han logrado reponerse del susto vuelven a sus puestos de trabajo tras las vacaciones de verano y un fin de semana de pesadilla. Santiago, donde habita un tercio de los 17 millones de chilenos, intenta recobrar la normalidad, pero hay muchos municipios que todavía no tienen agua potable ni electricidad.

Este lunes ha comenzado el envío desde Santiago al sur de raciones alimenticias cuya característica es que sólo necesitan ser calentadas antes de consumir. También se procura normalizar la conexión vial entre Santiago y el sur de Chile, y el aeropuerto de Santiago será reabierto las próximas horas a los vuelos nacionales. Según el Ministerio de Obras Públicas, las salidas de vuelos internacionales podrían reanudarse el viernes. Entre tanto, han aumentado las llegadas de vuelos del exterior, dado que las pistas y sistemas de control no sufrieron daños.

Las autoridades chilenas han abierto formalmente la puerta a la ayuda internacional al solicitar a la ONU asistencia concreta para socorrer a las víctimas. El embajador chileno ante la ONU en Ginebra, Carlos Portales, ha pedido a los representantes de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) que envíen equipos para hacer una evaluación de daños, según ha señalado la portavoz de la agencia, Elisabeth Byrs.

El Gobierno de Bachelet ha iniciado el recuento de los daños y las pérdidas económicas que el seísmo ha ocasionado en las infraestructuras e industrias del país, cifra que algunas consultoras estiman entre los 15.000 y los 30.000 millones de dólares (11.061 y 22.260 millones de euros).

El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, se ha mostrado optimista acerca de la repercusión del terremoto en la economía chilena, ya que la sacudida afectó principalmente a los departamentos de Bio-Bio y Maule, que representan un 25% del PIB frente a la capital chilena, que genera el 42,2% del mismo y que ha resultado menos afectada, según cifras del Banco Central de Chile.

Los sectores económicos más perjudicados han sido el forestal, el industrial y el agrícola, que se han visto obligados a suspender su producción por los daños ocasionados en sus instalaciones y en las comunicaciones hacia ellas que, según la corredora Corpcapital, podrían minorar el crecimiento previsto para 2010.

En las zonas más afectadas por el temblor de 8,8 grados en la escala Richter, familias enteras pasaron la segunda noche a la intemperie, en unos casos debido al derrumbe de sus viviendas y, en otros, por temor a que las fuertes y numerosas réplicas echen abajo las casas y edificios que sufrieron daños estructurales.

La desesperación por conocer la suerte de sus seres queridos también se ha ido extendiendo a cientos de miles de chilenos que residen en el extranjero o en regiones que no se han visto afectadas por la tragedia. Los medios radiofónicos y los diarios digitales chilenos están sirviendo como buzón de mensajes para localizar las personas que están en las zonas más afectadas y que no se pueden comunicar con el exterior debido a que no hay electricidad, ni servicios de telefonía e Internet.

En solo una jornada, el balance de víctimas se multiplicó por diez, pero se teme que el número de muertos aumente considerablemente en las próximas horas, porque muchas de las víctimas que aún no han sido encontradas puedan encontrarse bajo el mar. Las autoridades admitieron que hubo un error por parte de la Armada al no dar aviso con suficiente celeridad del peligro de tsunami a la población de la isla Juan Fernández, situada a unos 813 kilómetros frente a las costas de Valparaíso, donde seis personas murieron y hay una decena de desaparecidos.