El nuevo Parlamento búlgaro muestra sus primeros síntomas de volatilidad

La presidencia del Parlamento le fue conferida, según el reglamento, a la diputado de mayor edad, la economista Mika Zaikova, de 79 años, del partido del showman Slavi Trifonov Existe tal Pueblo (ETP) –la segunda fuerza política– aunque a 24 escaños de GERB, el partido vencedor en las elecciones.

Al producirse la votación para la presidencia del hemiciclo, GERB tuvo que afrontar un trago amargo al ser rechazada la nominación que presentaron de Tsveta Karayancheva, cargo que ya tuvo en la anterior legislatura, aventajada con una abrumadora mayoría por Iva Miteva, del partido ETP. En su discurso en el hemiciclo el presidente Rumen Radev atacó duramente al gobierno saliente de Borisov , afirmando que ha habido «un desplome histórico en la confianza en el Parlamento y que ahora les corresponde hacer renacer el parlamentarismo».

Una de las figuras relevantes que asistieron a la inauguración fue el expresidente Rosen Plevnaliev (2012 – 2017) quien afirmó que «Para mí lo más importante fueron las declaraciones de los partidos políticos que coincidieron en señalar que este Parlamento no tendrá una vida muy larga». Plevnaliev no pasó por alto atacar a Radev afirmando que «el jefe de Estado hizo lo que ha estado haciendo desde el primer día de su mandato: ataques verbales, confrontación con el gobierno; un gran populismo que manifestó desde su primer día en el cargo.

En el supuesto de que ninguna fuerza política logre formar gobierno –algo muy probable-, el jefe de estado afirmó que se atendría al derecho que le corresponde de nombrar un gobierno de transición cuyo único objetivo es preparar nuevas elecciones. Sin duda, éste es el deseo íntimo de Radev: nombrar un gobierno a su imagen y semejanza.