Lorenzo Vidino: «La UE y sus gobiernos están ingenuamente financiando al islamismo»

Bajo el paraguas de proyectos de integración y la desradicalización, los Hermanos consiguen ejercer de portavoces de los musulmanes europeos para su misión de ingeniería social: polarizar y apartar a los musulmanes del resto de la sociedad, sin dejar de ser vistos como los «buenos musulmanes». Pero algunos gobiernos están abriendo los ojos, cuenta a ABC Lorenzo Vidino . Este analista italiano -el mayor experto en la Hermandad en Europa y EE.UU.- acaba de publicar en español un libro donde recoge los testimonios de varios antiguos miembros de la Hermandad en Europa y EE.UU.: desde que son captados hasta que deciden abandonar la entidad, en muchos casos por racismo interno , pese a las presiones recibidas tanto ellos como sus familias para que dejen de existir en sociedad.

¿La amenaza del problema en España está al nivel de nivel de Francia y los países nórdicos?

Los Hermanos Musulmanes tienen una presencia en España parecida a la de otros países europeos. En los años 60 y 70, varios integrantes de la rama siria de los Hermanos Musulmanes llegaron a España. Algunos de ellos lo hicieron como refugiados y como estudiantes que huían de las persecuciones políticas. Establecieron entonces una franquicia. Lo que vemos interesante en España es que tenemos las dos almas de los Hermanos que se solapan: la dominante de los más moderados que se meten en política para representar a la comunidad musulmana en España; y también está la segunda alma yihadista. Vimos hace poco el caso del clan Kutayni , que hacía la tesorería de la parte moderada (Asociación Musulmana en España) y que, al mismo tiempo, supuestamente, enviaba dinero a grupos yihadistas en Siria.

Apenas se habla de ello...

Junto a Italia, España también representa un caso único porque apenas hay debate sobre el islamismo no violento. El norte de Europa, Alemania, Francia e históricamente Reino Unido han tenido un gran debate sobre su impacto social. En los últimos 20 años, en España ha habido debate sobre el yihadismo con el 11-S, el 11-M o los atentados de Barcelona y Cambrils. Pero no hay nada sobre el desafío del islamismo no violento, que actualmente es el principal tema de conversación en Francia y en muchos otros países europeos. No es blanco o negro, no es que sean o no terroristas, sino del impacto en cuanto a la polarización y la cohesión social, en integración, llegando a las escuelas que controlan o los libros que distribuyen. Es verdad que la mayoría de sus actividades están dentro de la ley, no son ilegales per se. No por ello dejan de ser problemáticas: cómo puede una democracia lidiar con grupos que utilizan la democracia para difundir mensajes tan antidemocráticos .

La derecha populista está monopolizando el debate en España.

Es tristemente verdad. Y así ha pasado hasta hace no mucho en gran parte de los países europeos. Sin embargo, ahora ves la relevancia del debate en Francia con Macron, a quien precisamente no puedes considerar de extrema derecha. A los que no le gustan sus políticas dicen «es más de derechas que Marine Le Pen». Es debatible. Además, está el gobierno danés, de izquierdas, que es extremadamente agresivo en este tema. Como también en Suecia, se puede decir de todo menos que es un gobierno muy radical de derechas. En varios países europeos, el centro-derecha y centro-izquierda han entendido que es un suicidio político abandonar estos temas porque existen, son válidos y por supuesto no lo puedes silenciar. Dejas el monopolio del tema a la extrema derecha. En Alemania lideran el debate miembros del partido verde, de ascendencia turca y que entienden el islamismo con el caso de Erdogan. En España, los partidos dominantes no quieren hablar del tema y ahí aparece Vox . Este es un enfoque estúpido: por un lado, ignoras el tema, y por otro, pierdes votos. He trabajado para todo tipo de gobiernos: desde Renzi en Italia, Kurz en Austria, Cameron en Reino Unido, y ahora con Biden. Se tiene que arrebatar el tema a la extrema derecha porque lo tratan de forma exagerada y conspirativa. Esto va de islamismo, no de islam. Hay que dejarlo muy claro siempre.

En los años 90 se decía con respecto a ETA y los nacionalistas que mientras «unos sacuden el árbol, otros recogen las nueces». ¿La Hermandad encaja en esta metáfora?

Absolutamente. Por supuesto que la Hermandad se aprovecha de las acciones yihadistas. Le permite acudir a las élites políticas europeas para decirles: «Miren, nosotros no somos los radicales, ¡son ellos! Somos moderados. Trabajen con nosotros y contribuiremos a la desradicalización». El yihadismo es algo beneficioso para la Hermandad, que puede presentarse como los buenos. Según la inteligencia alemana, a corto plazo la gran amenaza es el yihadismo; a medio y largo plazo son los islamistas. En los años 70, en Italia, nadie pensaba que las Brigadas Rojas iban a dominar el país, ¿pero el Partido Comunista? Eso era otra cosa.

¿De dónde sale todo el dinero? ¿Europa también los financia?

Son varias fuentes: adinerados hombres de negocios, también por colectas de fondos comunitarias, pero históricamente el grueso proviene del Golfo: Arabia Saudí, Kuwait y ahora la mayor parte de Qatar. Una parte también viene de gobiernos europeos: ya sean instituciones UE o a nivel nacional y local. En algunos casos es por ingenuidad. Al no llamarse Hermanos Musulmanes de Lille, sino La Asociación de Amigos del islam de Lille, el político local no tiene conocimientos al respecto y el dinero que entregan suena muy bien: para luchar contra el racismo y la radicalización, así como para fomentar la integración. Si la canciller de Alemania necesita interlocutores no los hallará en una pequeña mezquita. ¿Quiénes son los únicos con los recursos necesarios para mantener una estructura a nivel nacional? Ellos. Pero entran cálculos políticos y electorales: «Te doy el permiso de la mezquita para que apoyes a mi partido y la gente de la congregación vote por mí». Yo abogo por hablar con ellos, sí, porque existen y como parte de la comunidad, pero siendo conscientes de quiénes son y sin ser ingenuo.

El libro me recuerda a la novela 'Sumisión', del escritor francés Michel Houellebecq, en la que un partido islamista llegaba al poder en Francia. ¿Es más fácil para la Hermandad colocar a alguno de sus hombres en los partidos dominantes en Europa que crear un partido propio?

¿ Por qué crees que la Hermandad y sus entidades nunca han creado un partido en Europa?

Porque sería un blu f. Es como si en póker pudieras leer sus cartas. Si crearan un partido, para presentarse a unas elecciones, no conseguirían apenas votos. Toda esta fachada de representar a los musulmanes franceses se desmoronaría. Las cosas pueden cambiar en el futuro, pero no por el momento. Hables con quien hables de la organización son muy conscientes de que no pueden movilizar a tanta gente. Luego no es que el imán diga hay que votar a los socialistas y las congregaciones voten en masa como ovejas. No es así. Obviamente, por el momento, la estrategia es y ha sido estos últimos 25 años trabajar dentro del sistema para influir en él. Son muy oportunistas y flexibles, hasta el punto de asociarse con cualquiera que avance en su agenda. De esta manera pueden trabajar con la izquierda con quienes pueden compartir enemigo: el imperialismo y la mentalidad colonialista. También trabajan con el centro y la derecha.

En un país que estaba analizando me fijé lo que hacía una organización: por la mañana participaba en un evento por los derechos de la comunidad LGBTQ en contra de la homofobia y discriminación, y literalmente por la tarde organizaba un acto con un clérigo salafista que había dicho que los gais tenían que ser lapidados y lanzados desde un edificio muy alto. Por la mañana ganan crédito en círculos más liberales y progresistas, y por la tarde lo hacen con las comunidades más conservadoras entre los musulmanes. Oportunismo y flexibilidad, pero también reciben criticas de otros grupos islamistas sobre ellos. Salafistas y yihadistas les llaman prostitutas políticas. En EE.UU. o Reino Unido mientras están al frente de las luchas contra el racismo, de puertas adentro algunos de sus miembros que he entrevistado dejan las entidades por el racismo interno de las organizaciones. En Estados Unidos pude ver un mensaje sobre cómo el valor del converso blanco es diez veces mayor al de un converso negro. Imagina ser un joven negro metido en esta organización y descubrir eso.

En su libro habla de dos modelos que convergen en Europa, el francés secular frente al nórdico o británico multicultural.

El enfoque multicultural sueco o británico es una bendición para ellos a la hora de avanzar en su narrativa de «somos una comunidad marginada, danos dinero para controlarla». En los enfoques no multiculturales como en Francia, más problemático a priori para la Hermandad, lo que ellos hacen es explotar el antagonismo que en algunas ocasiones incluso fabricar las polémicas para apoyar la comunidad musulmana. La Unión de Organizaciones Islámicas de Francia (UOIF) llegó a la fama en 1999 con la primera gran polémica sobre el hiyab. Al principio era una organización bastante pequeña, pero tan pronto como asumió el liderazgo de las movilizaciones atrajo a miles de musulmanes a las calles con una retórica muy agresiva. Esto convirtió a la UOIF en un actor relevante a nivel nacional. En 2004, con Sarkozy, fueron integrados en el Consejo de Culto musulmán. A medida que iban integrándose en el ‘establishment’, la Asamblea aprobó una ley para prohibir el hiyab. La UOIF se mantuvo callada sin protestar. Mientras otras entidades europeas de los Hermanos se movilizaron, en Francia siguieron en silencio. Políticamente era inteligente para seguir siendo parte del sistema de poder. Todo es negociable y todo puede convertirse en una oportunidad que explotar. Estos grupos mantienen un proyecto de ingeniería social que busca polarizar y crear una narrativa que divida a los musulmanes del resto de la sociedad.

Han creado un relato victimista para apropiarse de temas progresistas y al mismo tiempo defenderse de cualquier acusación.

Estas entidades están extremadamente incrustadas en las comunidades musulmanes. Hacen juego sucio escudándose en acusaciones de islamofobia. En el mismo momento que los criticas, «estás criticando el islam y yendo contra los musulmanes». Y no es el caso cuando en un país como España estamos hablando solo de unos pocos cientos. ¿Cómo lidiar con ellos? Es muy complicado. Les cortas el grifo y te acusan de islamófobo.

En 2021, cuando se cumplen diez años de la primavera árabe, ¿se puede decir que los Hermanos Musulmanes están en crisis?

La Hermandad es una entidad global. En Egipto, por supuesto. La hermandad es una familia transnacional y cada miembro tiene su vida. Por supuesto la rama egipcia es la más importante, pero lo que le ocurre en la franquicia egipcia solo tiene una relativa relevancia en los Hermanos de Libia, de Jordania, de Marruecos, o también de España, Suiza o Suecia. Es difícil de decir, depende del país. En Marruecos los Hermanos están en el poder. En Turquía, si quieres considerar a Erdogan de la Hermandad, que no lo considero erróneo, están en el gobierno y con mucho poder.