Juzgado en China el más prominente abogado defensor de los derechos humanos

Pu Zhiqiang, que ha defendido a disidentes como Ai Weiwei, se enfrenta a ocho años de cárcel por sus críticas al régimen en las redes sociales

Uno de los manifestantes, en el suelo, mientras le intentan obligar a levantarse REUTERS

PABLO M. DÍEZ

14/12/2015
Actualizado a las 22:49h.

Entre protestas de sus seguidores y tensos controles de la Policía sobre la Prensa extranjera, este lunes ha sido juzgado en China el abogado Pu Zhiqiang , especializado en defender a disidentes y casos de derechos humanos. Ante el Tribunal Popular Intermedio Número ... 2 de Pekín, esta vez le ha tocado sentarse en el banquillo de los acusados por siete comentarios que publicó en la red social Weibo , una copia china del censurado Twitter, entre mayo julio de 2011 y mayo de 2014. Por criticar en ellos a funcionarios del Gobierno y la represión en las levantiscas regiones del Tíbet y Xinjiang, sacudidas por tensiones independentistas, Pu ha sido acusado de «incitar al odio étnico» y «provocar disturbios». Dos delitos por los que podría ser condenado a ocho años de prisión.

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Al ser el más prominente abogado de China, su caso vuelve a poner de manifiesto la creciente represión del autoritario régimen del Partido Comunista, según denuncian los grupos defensores de los derechos humanos. Detenido desde hace ya 19 meses, Pu Zhiqiang fue arrestado a principios de mayo del año pasado tras participar junto a una docena de disidentes en un pequeño seminario privado sobre la masacre de Tiananmen. Aunque su abogado ha solicitado su liberación por causas médicas, ya que padece diabetes, la Policía ha rechazado su petición.

Tras unirse de joven a las protestas pro-democráticas de Tiananmen en 1989, Pu Zhiqiang se convirtió en el abogado más famoso de China al defender a destacados disidentes como el artista Ai Weiwei . Además, se ha destacado por su lucha legal contra el abusivo sistema de reeducación mediante el trabajo y las arbitrarias detenciones («shuanggui») de funcionarios y cuadros del Partido Comunista investigados por corrupción, que permite al régimen confinarlos durante meses en cárceles secretas para interrogarlos sin presencia de abogados.

A pesar de encumbrarse como uno de los más acérrimos defensores de los derechos humanos, Pu Zhiqiang aparecía con frecuencia en los medios chinos , controlados por la censura y la propaganda. Buena prueba de ello es que la revista estatal «China Newsweek» le nombró «la persona más influyente del derecho» en 2013. Pero su suerte cambió el año pasado y, a pesar de haber sido interrogado por la Policía en numerosas ocasiones, por primera vez ha sido imputado en un proceso que puede llevarle a la cárcel.

«Nada de lo que Pu Zhiqiang ha escrito ha violado ninguna ley , pero el trato que le han dado las autoridades sí», criticó en un comunicado la directora de la ONG Human Rights Watch (HRW), Sophie Richardson. A su juicio, desde que el presidente Xi Jinping tomó el poder en marzo de 2013, su Gobierno ha limitado las ya escasas libertades civiles y políticas y ha llevado a cabo a un asalto a la sociedad civil deteniendo a cientos de disidentes y abogados». En este sentido, HRW recuerda que casi 300 letrados y activistas especializados en derechos humanos fueron detenidos el pasado mes de julio en la investigación contra el bufete Fengrui. De ellos, al menos 40 siguen detenidos y sin contacto con sus familiares, en lo que supone un claro intento por silenciar a la oposición civil que está creciendo en China. «A pesar de las promesas de mejorar el sistema legal durante el Cuatro Pleno del Partido Comunista a finales de 2014, el Gobierno del presidente Xi ha demostrado que la ley sigue siendo una herramienta del partido, y no sirve para que la gente corriente se defienda del poder arbitrario del Estado», denuncia el comunicado de HRW.

Al igual que hizo en 2011, cuando retuvo a Ai Weiwei durante casi tres meses en una prisión secreta, el régimen chino persigue lanzar una advertencia a los disidentes persiguiendo a Pu Zhiqiang, el más reputado abogado defensor de los derechos humanos.