Japón, 100 días después del terremoto

Aún hoy, el futuro del gobierno está sin decidir y las perspectivas de crecimiento se han estrellado contra un muro difícil de sortear. En la memoria quedan los más de 15.400 muertos . De otros 8.400 se sigue sin noticias. Y los alrededores de la central de Fukushima están desiertos. Fue un nuevo 11 de marzo negro.

Una tercera parte de las 124.000 personas que están fuera de sus hogares vive en refugios del Gobierno japonés . 32.000 lo hacen en casas de familiares o desconocidos y otros 28.000 en hoteles. Todos en un perímetro de 20 kilómetros fuera de la central de Fukushima.

Pero ese área de seguridad, impuesto a pocas horas de las fugas radiactivas, todavía se queda pequeño y Tokio ha recomendado a los residentes que habitan a entre 20 y 30 kilómetros que permanezcan resguardados o dejen el lugar. También evacuó otras cinco localidades situadas hasta 40 kilómetros en las que se detectó una elevada radiactividad.

A los operarios de Fukushima esas recomendaciones no les impidió trabajar en la central para evitar un colapso nuclear. De ellos, ocho han recibido radiaciones muy por encima del límite . Hasta dosis 2,5 veces mayor que el nivel de seguridad contra el cáncer. Tres son operadores de sala de control y cinco técnicos.

El terremoto, tsunami y posterior desastre nuclear han dejado muy tocado el gobierno de Naoto Kan. Si en agosto de 2009 el Partido Democrático acababa con 54 años de gobierno casi ininterrumpido del conservador Partido Liberal Demócrata, agosto de 2011 es la fecha que el actual primer ministro baraja para dimitir .

Lo hará, ha prometido, cuando esté encauzada la crisis desatada el pasado 11 de marzo. Su equipo de gobierno trabaja ahora en un segundo presupuesto suplementario para la reconstrucción y ayuda a las víctimas que podría ascender a más de 17.000 millones de euros . Para hacer frente a esos gastos necesitarán incluso recurrir a la emisión de bonos.

No lo tuvieron que hacer para su primer paquete de ayudas, de unos 34.000 millones de euros. Entonces las partidas estaban destinadas a reconstruir pueblos, reparar infraestructuras, asistencia a las víctimas o promoción de la actividad empresarial. Las estimaciones cifran en un 4% del PIB el mordisco a la cuarta economía del mundo. Y las perspectivas de futuro no son mejores, pues la OCDE cree que este año el crecimiento estará en torno al 0,8%, lejos del 1,7% previsto.

Mientras Japón trata de salir del pozo, las imágenes que llegan impiden olvidar el desastre. Esta misma semana salió a la luz un vídeo que mostraba a ciudades en el fondo del mar. Sofás, armarios, zapatillas... Todo bajo aguas con unos niveles de estroncio radiactivo , una sustancia cancerígena, 240 veces superior a los límites legales.