Herido grave en atentado el presidente de la república rusa de Ingushetia

El atentado se produjo ayer por la mañana en Nazrán, la capital ingush, cuando el alto funcionario se dirigía en coche a su despacho. La bomba, instalada en un automóvil Toyota aparcado en la calle, fue detonada, según fuentes policiales rusas, por un terrorista suicida. El artefacto, con una potencia equivalente a 70 kilos de TNT, destruyó casi totalmente el vehículo oficial pese a su grueso blindaje. La deflagración, que abrió un enorme cráter en la calzada, causó heridas y quemaduras a Evkúrov en la cabeza y otras partes del cuerpo. Tuvo que ser operado para extraerle un fragmento de metralla incrustado en el hígado. Después fue trasladado en avión a un hospital de Moscú.

El máximo dirigente ruso, Dmitri Medvédev, convocó inmediatamente al presidente checheno, Ramzán Kadírov, en cuya presencia anunció que la respuesta a los autores del atentado será “dura y directa”. Medvédev ordenó en abril el levantamiento del régimen especial de seguridad antiterrorista que había estado vigente en Chechenia desde 1999 por considerar ya “normalizada” la situación. Sin embargo, el pasado día 9, tuvo que viajar a Daguestán, república también fronteriza con Chechenia, para presidir una reunión de su Consejo de Seguridad, en la que se adoptaron medidas para frenar la actual ola de violencia que sacude la zona. Acababa de ser asesinado el ministro del Interior daguestaní.

Justo al día siguiente, moría también a tiros la vicepresidenta del Tribunal Supremo de Ingushetia, Azá Gazguiréyeva. El siguiente atentado se produjo el día 13 de junio en Nazrán. Pereció acribillado el ex viceprimer ministro de Ingushetia Bashir Áushev. En lo que va de año, en todo el Cáucaso Norte se han producido más de 300 ataques y atentados. Evkúrov, un antiguo oficial paracaidista de 45 años, fue nombrado presidente de Ingushetia el pasado mes de octubre en sustitución de Murat Ziázikov. La pobreza, el paro, la corrupción y los abusos parecen constituir, según reconoce el propio Medvédev, un excelente caldo de cultivo para la propagación del integrismo.