«Todos en Groenlandia sueñan con ser independientes, pero no están preparados»

Entrevista con Damien Degeorges, experto francés en el Ártico

«Todos en Groenlandia sueñan con ser independientes, pero no están preparados» ABC

borja bergareche

Groenlandia es la isla más grande del mundo . Un territorio equivalente a cuatro veces Francia con solo 57.000 habitantes y gobernado, exactamente, por 44 personas entre ministros, diputados y sus cuatro alcaldes. Su superficie helada, situada al oeste de Canadá, pertenece a ... la placa norteamericana pero es una región autónoma dentro del Reino de Dinamarca y, por tanto, territorio europeo. Un exotismo geográfico que el deshielo provocado por el calentamiento global ha situado de repente en lo más alto de los esquemas geoestratégicos de las grandes potencias. Los líderes políticos de Groenlandia (capital Nuuk) se han reunido este año con Hillary Clinton, Jose Manuel Durao Barroso, el presidente de Corea del Sur y el ministro de recursos naturales chino . Un interés que ni es casual, ni desinteresado. Por primera vez en mucho tiempo, las altas temperaturas han derretido este verano parcialmente la capa de hielo en el 90% de la superficie de la «isla verde». Y la visión, o la intuición, ha dejado salivando a los grandes consumidores de energía del mundo.

Su subsuelo, cubierto de blanco desde que los vikingos se acercaron a sus costas en el siglo X, podría albergar un cuarto de las necesidades mundiales de « tierras raras», un selecto club de 17 metales esenciales para la fabricación de ordenadores, teléfonos, paneles fotovoltaicos o pantallas LCD . China produce actualmente el 95% de estos materiales. Ahora, un Ártico sin hielo podría cambiarlo todo. «La clave será que no corran en su paso de ser una sociedad de cazadores y pescadores a una economía de recursos naturales», explica a ABC el analista francés afincado en Bruselas Damien Degeorges , considerado como uno de los principales expertos en la «cuestión groenlandesa». La explotación en las próximas décadas de su riqueza minera –Groenlandia tiene además diamantes, oro, cobre, platino, uranio y titanio- despierta grandes interrogantes estratégicos, y alimenta la hipótesis de una posible separación de Dinamarca, que mantiene las competencias de asuntos exteriores, defensa, justicia e interior y política financiera. Degeorges, de visita en Londres invitado por el European Council on Foreign Relations , lleva diez años dedicado a este territorio ártico como investigador de la Universidad de Groenlandia. Y se centra en la revolución mineral en curso en un libro de reciente publicación en Francia, «Tierras raras. Reto geopolítico del siglo XXI».

- ¿Existe una demanda secesionista o soberanista?

- Todo el mundo en la isla sueña con ser independientes algún día, pero es más una cuestión sentimental. El niño que quiere ser adulto ante el padre danés. La independencia está siempre presente de forma más o menos intensa en el micro-debate político. Forma parte de un juego de presiones permanente con Dinamarca, sobre todo ahora que los groenlandeses tienen un arma temible, sus recursos mineros, y saben que podrían separarse cuando quieran. Pero hay prioridades más acuciantes que la independencia: el sistema educativo necesita inversiones, la penetración de Internet es baja y muy cara.

- ¿Depende Groenlandia económicamente de Dinamarca?

- Groenlandia está muy lejos de ser autosuficiente sin Dinamarca. La ayuda danesa es amable, una especie de ayuda al desarrollo por un monto de unos 450 millones de euros al año sin más contraprestaciones que la soberanía. Supone un tercio de las necesidades financieras de Groenlandia. La pesca y las materias primas no pagan todavía las facturas. La explotación de sus vastos recursos naturales es un proyecto que, con el cambio climático, tendrá lugar a medida que Groenlandia pasa de ser una sociedad de cazadores y pescadores a una economía de recursos naturales. Y la clave es no correr en este proceso.

- ¿Qué papel juega Groenlandia en el esquema defensivo de EE.UU.?

- Ya tienen un pie en la isla con una base. Groenlandia forma parte de los ojos y los oídos de EE.UU. por la presencia de un radar en esa base. Su papel fue actualizado por Colin Powell en 2004 en el marco del escudo antimisiles. Además, tiene un papel en las misiones de búsqueda y rescate en el Ártico. Cuando el jefe del gobierno groenlandés va a Bruselas le reciben en la OTAN, sobre todo ahora con un secretario general danés que conoce bien la importancia de Groenlandia. De hecho, desde el punto de vista estratégico y de cara a la relación con EE.UU., Dinamarca sin Groenlandia no sería nada. Pero que EE.UU. se encargara directamente de la seguridad de Groenlandia no gustaría nada a los países vecinos, sobre todo a Rusia.

- ¿Cómo son las relaciones de Groenlandia con Dinamarca y Bruselas?

- La construcción estatal de Groenlandia va en paralelo a las relaciones de Dinamarca con Europa. En 1972, el «sí» gana en el referéndum danés sobre la adhesión a la UE y en 1973 Dinamarca entra en la UE, a pesar de que en Groenlandia, que en la época no tenía autonomía, ganó el «no». Las islas Feroe, que eran autónomas desde 1948, votaron «no» y pudieron quedarse fuera. Con la entrada de Dinamarca en el Mercado Común –y, por tanto, de Groenlandia en las políticas de pesca y agrícola- emerge la cuestión de la autonomía en Groenlandia hasta que, en 1982, la isla vota salirse del mercado común en referéndum. En 1999, una coalición de gobierno es elegida con la promesa de revisar los lazos con Dinamarca ante la influencia en la isla de las relaciones con la UE. De ese proceso surge el referéndum para una autonomía reforzada en 2008, aprobado por el 75% del censo. Algún día, Groenlandia volverá a la UE, pero no ocurriría antes de 20 ó 30 años.

- ¿Existe un deseo europeísta?

- Groenlandia, a diferencia de las islas Feroe, sí forma parte de los territorios de ultramar de la UE, con lo que tiene acceso a ciertos fondos comunitarios. Tiene además numerosos acuerdos con la UE. Hay que tener en cuenta que Groenlandia es el lugar desde el que se lanzó la llamada «ventana ártica» dentro de la Dimensión Nórdica de la UE, aprobada durante la presidencia danesa del Consejo de Ministros de 2002. Existe el debate europeo, pero siempre fueron muy fríos hacia la idea de la adhesión. Sin embargo, las elites futuras –las generaciones nacidas a partir de 1985, cuando se produce la salida del Mercado Común- tienen una visión mucho más pragmática y desapasionada de las relaciones con la UE. Valoran los beneficios que habrían aportado los fondos de cohesión y estructurales europeos. Pero el partido también ha cambiado. Durante años, la elección a la hora de elegir socios era entre Europa y EE.UU. Ahora, Asia ha entrado en la partida y países como China o Corea del Sur son también aliados interesantes para desarrollar los proyectos de infraestructuras que va a requerir la minería. ¿Tiene Europa ese dinero?

- ¿Cuál es la opción que prefieren los groenlandeses?

- Una «commonwealth» entre Dinamarca, las Feroe y Groenlandia con un mismo soberano. Ese lazo a través de la monarquía sería aún más fuerte si reina entonces el actual príncipe heredero danés, que está considerado casi como un groenlandés. El príncipe Federico es un «fan» de Groenlandia. Su anillo de boda estaba hecho con oro groenlandés. Y un gran elemento de «soft power», a menudo minusvalorado, fue su decisión, sin precedentes en la Familia Real danesa, de dar a sus hijos gemelos Vicente [ahijado del Príncipe Felipe] y Josefina también nombres groenlandeses [sus nombres completos son Vicente Minik Frederik y Josefina Sofía Ivalo Mathilda]. Ahora son conocidos como príncipe Minik y princesa Ivalo. El vínculo de la monarquía es muy fuerte y son muy apreciados por los groenlandeses. Por eso, resulta difícil pensar que en un momento dado decidan decir «bye bye» a Groenlandia

- ¿Qué factores van a marcar la evolución de la cuestión groenlandesa?

- Varios. La presencia de uranio, por ejemplo. Es tan ultra-estratégico que estaban posponiendo el debate mediante una moratoria a la extracción de .elementos radioactivos para poder centrarse así en el desarrollo de los metales raros. Pero ambos recursos están a menudo presentes en los mismos yacimientos por lo que el debate sobre las implicaciones de unirse al selecto club de exportadores de uranio se ha acelerado muchísimo. El cambio climático es, evidentemente, la variable que ha desatado todo este debate sobre Groenlandia. Algunos dicen que Groenlandia podría ser el primer país nacido como consecuencia del calentamiento global. Habrá que esperar al menos varias décadas, pero no es una idea descabellada. Las relaciones entre Europa y Dinamarca son otro aspecto clave. En Dinamarca no habían visto nunca un presidente chino hasta la visita este verano de Hu Jintao, pero saben que miraba a Groenlandia. Habrá que ver cómo gestionan esa situación. Pero, sobre todo, la posible elección de candidatos populistas en Groenlandia –que celebrará elecciones en junio de 2013- podría acelerar la cuestión de la independencia, si bien deben tener en cuenta que no están preparados.

NOTA: Este artículo ha sido corregido gracias al comentario de un lector que señalaba una grave incorrección: las altas temperaturas han provocado que este verano, por primera vez en mucho tiempo, se detecte descongelamiento y agua líquida en la superficie de más del 90% de la superficie helada de Groenlandia, pero sin hacer desaparecer la capa de hielo, como se daba a entender erróneamente.

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