El fraude fiscal como deporte
El Gobierno publicó hace dos meses una lista de 6.000 empresas con una deuda superior a los 150.000 euros con el Estado; desde entonces nada se sabe
ÁNGEL GÓMEZ FUENTES
Vera Siatelli es una pintora indignada contra el Gobierno y en particular contra el primer ministro Papandreu, no solo porque no vende un cuadro desde que se inició la crisis, sino también porque «es un traidor y con sus decisiones está beneficiando solo a los ... ricos». Al igual que muchos griegos, Vera Siatelli está en contra de pagar una serie de impuestos extraordinarios que vienen determinados por el afán recaudatorio de la «troika», constituida por los representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Central Europeo (BCE) y Comisión Europea.
Por ejemplo, todo el mundo habla ahora en Grecia y echa pestes contra el impopular impuesto patrimonial, la última tasa que se acaba de instaurar y que la mayoría considera «sangrante», o como un «robo a mano armada» . «Mi padre —afirma Siatelli— vive solo en una casa y pagaba por la electricidad 70 euros, ahora le ha llegado un recibo de 700 euros».
El impuesto patrimonial se incluye en el recibo de la electricidad y así quien no paga ve la luz cortada en el plazo de 90 días. Su importe se calcula en base a los metros cuadrados de la casa y según el barrio, y puede llegar hasta 20 euros por metro.Para ayudar a quienes no pueden pagarlo y se quedan sin luz, se han creado asociaciones con el espíritu y fantasía de «Robin Hood» y algunos de sus miembros restablecerán la electricidad creando un puente pre-post contador.
«Yo no pago»
Una de esas asociaciones se llama «Den plirono» («yo no pago»), que cuenta con más de 20.000 miembros. Los apoyan abogados que denuncian el impuesto por considerarlo inconstitucional.
En realidad el ejemplo a estos ciudadanos «desobedientes» les viene desde lo alto. En el municipio de Nea Ionia, al norte de Atenas, su alcalde, Heraklis Gotsis, encabeza un colectivo organizado para no pagar el impuesto patrimonial. En otros municipios se ha iniciado también la misma lucha.
Otro ejemplo, irritante y sarcástico para el hombre de la calle en Grecia: Théodore Pangalos, viceprimer ministro, explicó en octubre en una entrevista de televisión, que él no podría pagar esa tasa porque tenía demasiadas propiedades , todas ellas heredadas de una tía, especificó. Al mismo tiempo, desafió al potente ministro de Economía, Evangélos Venizélos, a meterlo en la cárcel.
Nadie en la cárcel
En Grecia no se conoce a nadie que haya ido a prisión por un delito de fraude fiscal, porque el sistema de vigilancia ha sido muy deficiente y corrupto, comenzando por algunos ministros del ejecutivo actual y de gobienos anteriores. El diputado Vasilis Mulópulos, de la coalición de izquierdas Siriza, denunciaba a ABC la connivencia del sistema político con la corrupción: «En Grecia se han creado 4.000 sociedades “off shore” ( radicadas en paraísos fiscales, lo que permite hacer lavado de dinero, evasión fiscal y fraude contable). Mediante esas sociedades se esconden capitales, dinero sucio y escándalos en los que están implicados politicos . Esas sociedades han sido creadas por despachos que están en los alrededores del Parlamento, con abogados que son diputados, y esos despachos pertenecen incluso a ministros socialistas del actual gobierno y de los anteriores ejecutivos. Esas sociedades “off shore” son propietarias de unos 20.000 yates estacionadas en las playas griegas. Esos yates se alquilan o se compra gasolina sin impuestos, que luego se revende. En pocas palabras, el Estado subvenciona a quien le roba».
Como el Estado roba, se le hace casi imposible recabar impuestos. El gobierno ha publicado en internet una lista de 6.000 empresas con una deuda superior a los 150.000 euros con el Estado. El montante total equiale a 30.000 millones de euros. La lista se publicó en septiembre; desde entonces nada se sabe sobre lo que está recaudando Hacienda, pero se teme lo peor, porque también en este terreno el mal ejemplo viene desde arriba: La empresa que más dinero debe al Estado es estatal; se trata de los ferrocarriles, con 1.200 millones en impuestos retrasados sin pagar.
La realidad es que la evasión fiscal ha formado parte de la cultura griega en las últimas décadas. Es la gran sombra o nube sobre su economía. Y ahora con la crisis, ese «deporte nacional» del fraude fiscal, sobre todo de los ricos, se ha agravado . Los griegos con dinero corren como nunca a guardar su dinero en Suiza. Según los expertos, desde el inicio de la crisis, unos 200.000 millones de euros han volado al extranjero. Las cifras se están incrementando en los últmos meses por temor a una posible quiebra de Grecia.
A la vista de la sangría que supone para Grecia el fraude fiscal y la evasión de capitales, los expertos llegan a la conclusión de que el objetivo del gobierno y de la «troika», que era combatir el fraude y encontrar vias eficaces de recaudación, constituye un rotundo fracaso.
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