Los funcionarios ponen a António Costa contra las cuerdas en Portugal

El principal caballo de batalla es la jornada de 35 horas , además de la restitución de las pagas extra y de revertir sus bajadas de sueldo . Y ahí es donde los comunistas, el Bloco de Esquerda y los ecologistas del PEV no dan su brazo a torcer: o se aplican de forma inmediata esas medidas, sin esperar al verano, o el primer gran problema para el Gobierno de Costa se convertirá en un hecho.

El colectivo sindical presentó 40.000 firmas al respecto, con las que deja constancia de que estos empleados no están dispuestos a sacrificarse más porque, a su juicio, bastante lo han hecho en los últimos cuatro años.

Se trata de una prueba más de que el Gobierno «a la portuguesa» con el que sueña el PSOE no puede calificarse como un pacto sólido y hace aguas a las primeras de cambio por divergencias entre el socialismo y el flanco más izquierdista.

Así que de nuevo deberá hacer equilibrios Antonio Costa para salvar la cara, si no quiere que se deterioren las frágiles relaciones con sus socios, que sólo le apoyan en virtud de sus propios intereses .

El ministro de Finanzas, Mario Centeno , ha dejado claro que la oposición a desbloquear ahora el espinoso asunto se debe que el impacto de su coste para el Estado en las cuentas de 2016 sería mucho más reducido en caso de que arrancase en julio. Claro que, en la práctica, ese plan lo demoraría hasta octubre debido al periodo de reglamentación oficial, otra de las circunstancias que no agradan a los otros partidos.

La siguiente (y decisiva) ronda negociadora se desarrollará el día 28, es decir, 24 horas antes de la propia huelga. Si PCP, Bloco y PEV estiman que sus exigencias no se han visto cumplidas, entonces el paro se materializará y pondrá contra las cuerdas a Antonio Costa.