Kiev no espera a la diplomacia y envía misiles a la frontera

La embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, defendió que la situación en Europa es «urgente y peligrosa» y que las acciones de Rusia -Washington asegura que acumula unos cien mil soldados en la frontera con Ucrania- es «una amenaza clara y significativa» a la paz y a la seguridad.

Thomas-Greenfield mantuvo las acusaciones del Gobierno de EE.UU. de que Rusia trata de pintar a Ucrania y a los países occidentales como «agresores para montar un pretexto para un ataque» y que se trata de un «patrón de agresión» que ya se ha visto en el pasado , en referencia a la invasión de Crimea en 2014 y al apoyo de grupos separatistas prorrusos en el este del país.

«Nuestra esperanza es que Rusia elija el camino de la diplomacia , en lugar del conflicto con Ucrania. Pero no podemos solo esperar y mirar», dijo la diplomática, que aseguró que EE.UU. «no quiere confrontación», pero que ejecutará una respuesta «decisiva, rápida y unida si Rusia dice invadir Ucrania de nuevo».

Si eso ocurre, «nadie de nosotros podrá decir que no lo vimos venir», advirtió Thomas-Greenfield al resto de países. «Y las consecuencias serán horribles , y esa es la razón por la que esta reunión de hoy es tan importante», agregó en medio de un choque dialéctico a con la delegación rusa, uno de los más ásperos que se recuerdan en este foro en las últimas décadas.

Rusia se opuso en todo momento a esta reunión especial del Consejo de Seguridad, el órgano con más poder y visibilidad de la ONU. Ayer, su embajador ante la ONU, Vasili Nebenzia, aseguró que formaba parte de la «diplomacia de megáfono» que buscan EE.UU. y sus aliados y que solo tenían fines propagandísticos.

Nebenzia trató sin éxito de hacer descarrilar la reunión -no consiguió suficientes votos entre los quince miembros del órgano-, lo que la convirtió en un choque de trenes. El representante ruso repitió las posiciones de Moscú en las últimas semanas: negó todas las alegaciones sobre una invasión inminente -las calificó de «acusaciones infundadas que hemos refutado»-, acusó a Washington de «agitar la histeria» , cuestionó las cifras sobre militares desplegados que repite la Administración Biden y comparó la situación con la determinación de EE.UU. a comienzos de siglo de que había armas de destrucción masiva en Irak.

Nebenzia acusó a EE.UU. y a sus aliados de «lavar el cerebro» a los ucranianos y promover la «rusofobia» en su país vecino, que Moscú busca de forma desesperada que no caiga en la órbita occidental . La principal demanda de Rusia es que Ucrania no entre en la OTAN -como busca el Gobierno de Kiev- y lo basa en el principio de que «la seguridad de un país no puede ir en detrimento de la seguridad de otros países».

Es un argumento que acogió China -uno de los cinco miembros con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, junto a EE.UU. Rusia, Reino Unido y Francia-, que no escondió ayer su intención de alinearse con Moscú y rivalizar con Washington.

El embajador chino ante la ONU, Zhang Jun, habló de forma repetida de utilizar la vía diplomática y no la de la confrontación , pero cerró filas con Rusia en su demanda central: «La seguridad de un país no puede conseguirse a expensas de la seguridad de otros países».

China fue el único miembro que se unió al intento de Rusia de bloquear la reunión y calcó sus argumentos: «Necesitamos diplomacia, pero no diplomacia con micrófonos », dijo Zhang, que defendió que es mejor «evitar confrontaciones públicas».

También intervinieron países que no tienen asiento en este momento en el Consejo de Seguridad, pero que están implicado en la tensión en Europa del Este. El primero, como es lógico, fue Ucrania, que aseguró, en boca de su embajador ante la ONU, Sergiy Kyslytsya, que « todavía no tenemos explicaciones creíbles » por parte de Rusia sobre la acumulación militar en la frontera.

«Por nuestra experiencia, no podemos creer las declaraciones de Rusia », dijo sobre la insistencia en que no invadirá Ucrania y exigió que demuestre sus intenciones con un repliegue de tropas. «Juzguemos las acciones, no las adivinanzas», dijo.

La realidad, de momento, es que las tensiones no dejan de crecer en la región. Mientras Rusia insiste en que no tiene intención de atacar, refuerza sus posiciones en toda la región. La embajadora de EE.UU. denunció ayer que su Gobierno tiene pruebas de que Moscú planea expandir la presencia de su ejército en Bielorrusia . Su régimen es cercano al de Vladimir Putin y ya tiene allí cinco mil soldados. Según Thomas-Greenfield, «Rusia busca ampliar esa presencia hasta los 30.000 solados en la frontera de Bielorrusia con Ucrania, a menos de dos horas de Kiev, a principios de febrero».

Los contactos diplomáticos proseguirán hoy con una conversación telefónica entre el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y su homólogo ruso, Sergei Lavrov, con la esperanza de que la conversación a puerta cerrada produzca más resultados.