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La ola de fiestas salvajes divide a Francia

La mayoría asiste escandalizada a un fenómeno que sin embargo es visto con comprensión en muchos ámbitos de la sociedad gala: «La gente joven se asfixia y solo se les ofrece represión»

Más de seis mil personas participaron el 21 de marzo en el carnaval ilegal de Marsella AFP
Juan Pedro Quiñonero

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Las fiestas clandestinas, salvajes, las cenas ilegales, la producción de acontecimientos festivos fuera de la ley, durante el confinamiento, total o parcial, y el toque de queda de once o doce horas diarias , se han convertido en un problema de inmenso calado para ... la seguridad nacional en Francia. Durante una visita oficial a un barrio con muchos problemas multiculturales, Aubiers, en la periferia de Burdeos, novena ciudad del país, Gérald Darmanin , ministro del Interior, describió el panorama: «Esas fiestas y eventos se han convertido en el primero y gran problema de la lucha contra el no respeto del toque de queda y el incumplimiento de las más elementales normas de seguridad. Son una amenaza para la seguridad y la sanidad públicas, comenzando por la seguridad de los 100.000 gendarmes, policías y soldados que están movilizados para intentar que se cumpla el respeto de la ley».

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