El Ejército francés asegura los cementerios durante el puente

Hacia las 16 h. del sábado, un hombre armado tiroteó a Nicolas K. (52 años) , sacerdote griego, ortodoxo, que cerraba la puerta de su lugar de culto, la iglesia de la Anunciación, en el distrito «Jean Macé» de Lyon (516.000 habitantes), en el corazón geográfico de Francia.

El barrio se beneficia desde hace años del funcionamiento de cámaras de vigilancia callejeras. Gracias a ese dispositivo de seguridad policial, las fuerzas del orden pudieron intervenir rápidamente. Sin éxito. El agresor, armado, consiguió huir.

El sacerdote, herido gravemente, fue trasladado a un hospital, donde fue intervenido con urgencia, entre la vida y la muerte.

Cuarenta minutos más tarde, Jean Castex, primer ministro, jefe de Gobierno de Emmanuel Macron, hizo esta declaración de urgencia: «Hoy hemos confirmado el despliegue de millares de policías y soldados, consagrados a defender las iglesias, los lugares de culto y los cementerios de Francia. Todos los franceses podrán recogerse ante sus antepasados, este fin de semana, con libertad y seguridad. Es mi deber confirmar a todos los franceses, de muy diversa sensibilidad, la determinación sin falla del Gobierno, para permitir a todos practicar su culto en seguridad y libertad. Nuestra determinación será implacable para defender la libertad de todos».

Mensaje de urgencia nacional, en vísperas de una fecha muy señalada en el calendario cultural y religioso de Francia y de Europa. La jerarquía religiosa y la jerarquía policial estiman que los a sesinos de Niza y Lyon deseaban «actuar» en vísperas del Dia de todos los Santos.

En estado de alarma anti terrorista máxima , desde hace semanas, Francia tiene desplegados más de 7.000 soldados en el marco de la operación «Centinela». Soldados en armas patrullando por todos los lugares emblemáticos de Francia.

Consciente de la importancia simbólica del Día de todos los Santos, para los creyentes y para los asesinos, el Gobierno de Emmanuel Macron consideró imprescindible enviar un mensaje de unión, solidaridad y seguridad: cementerios, iglesias y lugares de culto (católicos, judíos y musulmanes) estarán vigilados muy particularmente, durante todo el fin de semana.

El asesinato de tres personas, el jueves, a la puerta de una basílica católica, en Niza, y el intento de asesinato de un sacerdote ortodoxo griego, en Lyon, un día más tarde, parecen confirmar la doble dimensión criminal y religiosa de esos actos de barbarie islamista, que no escapa a la jerarquía religiosa.

La matanza de Niza fue claramente una «acción» yihadista, con palmaria dimensión religiosa, igualmente evidente en el intento de asesinato de Lyon. El asesino, musulmán fanático, deseaba matar cristianos, en un lugar de culto cristiano.

A primeras horas de la noche del sábado, el ministerio del Interior se limitaba a comentar, sin precisiones, que «no está todavía establecida la pista terrorista del intento de asesinato de Lyon». El alcalde de la ciudad, Grégory Doucent, se limitó a comentar que «por ahora no se descarta ninguna pista». La policía local trabaja muy estrechamente con la policía anti terrorista nacional, desde hace días.

Días antes del intento de asesinato del sacerdote ortodoxo, a tiros, el alcalde de Lyon había sido amenazado de muerte a través de pintadas callejeras que decían: «Llévese cuidado. Puede usted terminar degollado como el profesor de Conflans-Sainte-Honorine».

En ese clima extremadamente «ansiógeno», en Lyon y en la Costa Azul, en la periferia de París y otras grandes ciudades, las fuerzas de seguridad del Estado lanzaron la tarde/noche del sábado varias operaciones en algunos barrios de varias de las grandes ciudades de Francia, donde se prolongan, desde hace días, investigaciones y registros relacionados con los atentados a las últimas semanas.

El intento de asesinato, a tiros, de un sacerdote ortodoxo, griego, en Lyon, confirma y agrava el estado de angustia contenida en el que vive Francia, tras una sucesión de atentados yihadistas que comenzaron a finales de septiembre, con el intento de asesinato de un hombre y una mujer, en la antigua redacción del semanario «Charlie Hebdo», continuaron con la decapitación de un profesor, en Conflans-Sainte-Honorine, al oeste de París, y culminaron la mañana del viernes, en Niza, con el asesinato de otros tres inocentes.

Entre esos tres baños de sangre se han sucedido numerosos «incidentes menores». Las fuerzas de seguridad del Estado se encuentran siempre en estado de alerta anti terrorista máxima.