EE.UU. se refuerza en el Golfo para proteger a sus aliados

La semana pasada, el Pentágono autorizó a la Fuerza Aérea a volar un bombardero estratégico B-52 de Norteamérica a Oriente Próximo para «disuadir de agresiones y apaciguar a los socios y aliados estadounidenses». Según rezaba el comunicado del Comando Central en que se anunció ese movimiento, «EE.UU. no busca el conflicto, pero está determinado a responder a cualquier contingencia en el mundo».

Paralelamente, la Armada estadounidense se dispone a enviar al golfo Pérsico a un portaaviones y el grupo de buques que le suelen acompañar, una señal de que prevé que las tensiones aumenten todavía más después de la muerte del jefe del programa nuclear iraní . Ya ha movilizado en el pasado Trump a grupos de portaaviones al Golfo cuando en los picos en los que ha aumentado la belicosidad del régimen islámico.

Tras su llegada a la presidencia, Trump sacó unilateralmente a EE.UU. del acuerdo nuclear con Irán, y ha aprobado rondas y rondas de durísimas sanciones. Biden ha prometido que una de las primeras cosas que va a hacer es volver a ese pacto nuclear, para poder negociar de nuevo con la teocracia iraní, responsable de graves ofensas contra los derechos humanos, como detenciones arbitrarias y ejecuciones sumarias.

Hace un año, el presidente estadounidense autorizó un ataque con drones en Irak con el que mató al comandante de esa misma fuerza Quds, el general Qassem Suleimani . Durante años, el papel de este fue la supervisión de las operaciones exteriores de esas brigadas, desde Afganistán, hasta América Latina.

Antes, la República Islámica había derribado un dron de vigilancia de EE.UU. en el estrecho de Ormuz, en lo que el Pentágono mantiene que eran aguas internacionales. El presidente ordenó entonces un ataque con misiles, pero al ser informado de que este provocaría al menos unas 150 bajas, abortó la operación. Según dijo después, no le parecía una respuesta proporcional.