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Los demócratas acusan al director del FBI de saltarse la ley para influir en la votación

El presidente Obama multiplica sus mítines en apoyo de Clinton para frenar la subida de Trump

MANUEL ERICE

El tsunami electoral por los nuevos emails de Hillary Clinton no cesa. La candidata demócrata intenta variar el relato de una campaña que se ha vuelto contra sus intereses en el peor momento. A una semana de la elección presidencial, el ruido alrededor de ... la última revelación del director del FBI, James Comey , no termina de apagarse. Emerge una guerra política previa en el seno de la Agencia de Investigación; se aparta provisionalmente de la campaña la asesora personal de Clinton, Huma Abedin , de cuyo ordenador parten los enigmáticos nuevos correos, y se aprieta como un puño la diferencia con Donald Trump en las encuestas. Los nervios demócratas se traducen en una andanada de críticas a Comey, a quien acusan de saltarse la ley y variar el curso de la campaña. El presidente Obama, mucho más comprensivo con el considerado ya enemigo público número uno por su partido, pasa a la acción y echa el resto con seis mítines en cuatro días, a los que seguirán otros durante el fin de semana. Empieza pues la cuenta atrás.

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