Corea del Norte saca músculo ante las advertencias de EE.UU. contra su programa nuclear

Junto a la anunciada llegada de una escuadra capitaneada por el portaaviones «Carl Vinson» , la cadena de televisión NBC informó este viernes del despliegue de dos destructores capaces de disparar misiles «Tomahawk», los mismos lanzados la semana pasada contra una base aérea siria . Ambos buques estarían situados a menos de 500 kilómetros del silo nuclear de Punggye-ri, que se enclava en las montañas nororientales del país y está «listo» para albergar una nueva prueba atómica según las imágenes tomadas por satélite el miércoles.

Para impedirlo, el presidente Trump ya ha dejado claro que baraja todas las opciones, incluyendo un ataque preventivo. Sus palabras suenan especialmente amenazadoras tras haber atacado Siria y lanzado sobre Afganistán su bomba no nuclear más potente durante la última semana.

Con su habitual retórica belicosa, Pyongyang ha respondido que devolverá el golpe en caso de que haya algún ataque . «Adoptaremos nuestra reacción más dura contra EE.UU. y sus fuerzas, sin piedad y sin permitir que los agresores sobrevivan», advirtió el Ejército a través de un comunicado difundido por la agencia estatal de noticias KCNA. Incluyendo en sus amenazas a Corea del Sur , el régimen de Kim Jong-un prometió responder «con valentía» a quienes pongan en riesgo la «dignidad y soberanía» del país mediante «las provocaciones» estadounidenses, informa Yonhap.

Alarmada por esta escalada militar, China lleva días mediando para rebajar la tensión, que está alterando la estabilidad en el nordeste de Asia. Muy preocupado, el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, temió este viernes que « el conflicto pueda estallar en cualquier momento ». Para evitar una guerra que, en su opinión, no tendría ganadores, recomendó «a todas las partes que se abstengan de provocarse y amenazarse, ya sea con palabras o actos, y no dejar que la situación llegue a unos extremos irreversibles e inmanejables».

Debido a su histórica alianza comunista, el autoritario régimen de Pekín es el único valedor que le queda a Corea del Norte y su principal fuente de abastecimiento exterior, pero las constantes provocaciones de Kim Jong-un están deteriorando gravemente sus relaciones. A través de su Prensa oficial, China ya le ha advertido que deponga su actitud y no cometa el «error» de seguir adelante con sus ensayos atómicos y de misiles. Para persuadirlo, Pekín ha amenazado con reducir sus importaciones de carbón, importante fuente de financiación de Pyongyang, y sus envíos de petróleo, que le suministran el combustible y la energía que tanto necesita.

Buena prueba del enrarecimiento de sus relaciones, y de la situación en general, es que la aerolínea Air China suspenderá desde el lunes sus vuelos a Corea del Norte . Aunque en el pasado ha habido cancelaciones similares por falta de pasajeros, en esta ocasión parece que la tensión creciente ha sido determinante.

Movilizados por el régimen, los norcoreanos arropan a su líder supremo y honran a su abuelo, fundador de esta dinastía comunista que va ya por su tercera generación. Endiosado por la propaganda como el Sol de Corea, Kim Il-sung instauró la ideología «juche» (autarquía) que rige en este país, último vestigio estalinista de la Guerra Fría. Gracias al culto a la personalidad que fomentó la propaganda dirigida por su hijo y sucesor, el «Querido Líder» Kim Jong-il, Kim Il-sung sigue marcando el destino de los norcoreanos incluso después de su muerte en 1994 porque es «Presidente Eterno». Como las crisis con Estados Unidos.