Un caso de corrupción surrealista que implica a un falso Robin Hood kirchnerista y a unas monjas

La detención del diputado electo del Parlasur, ex secretario de Obras Públicas y uno de los hombres de confianza del matrimonio Kirchner, atrapado in fraganti mientras trataba de ocultar 160 bultos con, entre otros valores, más de nueve millones en divisas, adquiere tintes surrealistas a medida que se conocen nuevos detalles del caso.

El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo , confirmó que los «billetes estaban húmedos» y sumaban «más de ocho millones de dólares». En rigor, la Policía incautó 8.982.047 dólares, 153.610 euros, 425 yuanes, 49.800 pesos, 2 riyales qataríes y media docena de relojes de lujo. Algunas versiones extraoficiales apuntan a la existencia de fajos con los precintos sobreimpresos, con bolígrafo o rotulador, con nombres de empresas. Es decir, identificados con el origen de la presunta «coima» ( soborno ) por, posiblemente, adjudicaciones de obras o favores de los gobiernos anteriores.

El informe oficial identifica dos Rolex, dos Omega, dos Hamilton, un Tommy Hilfiger, dos Iphone y un arma semiautomática . También observa que, el ahora detenido, intentó sobornar a los agentes y cayó en algo parecido a un ataque de nervios mientras gritaba que le querían robar lo que era suyo pero pretendía donar, a las tantas de la madrugada del martes, al convento .

«Estaba medio loco. Hoy vino loco. Decía: "Me van a llevar a preso". Le pregunté por qué decía eso y (respondió): "Porque yo robé dinero para venir ayudar acá . Se lo llevaron preso", relató una de las monjas en radio La Red.

Las religiosas, dos de clausura y la madre superiora, de más de 90 años , conocían a José López de tiempo atrás. Le consideraban un buen hombre que les «ayudaba» a mantener el convento. Por eso no entendían lo que estaba sucediendo ese martes, cuando ya clareaba el día.

Lo cierto es que la secuencia de esta historia, que bien podría formar parte de la serie de El Padrino de Ford Coppola , había comenzado al filo de las tres de la madrugada. A esa hora López, a bordo de un Chevrolet Meriva, aparcó frente al Convento de Nuestra Señora de Fátima en la localidad bonaerense de General Rodríguez. El hombre, con el coche cargado, comenzó a arrojar al otro lado de uno de los muros que da a una zona ajardinada, las b olsas repletas de dinero . Después de desprenderse de la mayor parte trepó por la verja de la entrada principal de la finca y desde adentro logró abrir los portones y llegar hasta el convento con el automóvil.

El ruido y las luces del coche durante la operación alertaron a un vecino madrugador que se dedica a la venta de pollos que, preocupado, avisó a la policía. En menos de diez minutos los agentes estaban en el lugar de los hechos y procedieron a la detención de López. Finalmente, la zona quedó acordonada y el convento revisado palmo a palmo hasta por la brigada canina que rastrea dinero.

La desesperación con la actuó López dio pie a todo tipo de especulaciones. La que más peso adquiere apunta a que el sujeto estaría siendo siendo víctima de chantajes y amenazas por viejos agentes de inteligencia del Estado e incluso por algunos en actividad. Otras, plantean teorías más sencillas como el terror a que sus viviendas fueran registradas. En cualquier caso, el dinero le quemaba entre las manos y buscó refugio en el convento donde su ex jefe, el ex ministro Julio De Vido era un invitado habitual , tan conocido como el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires y ex candidato, Daniel Scioli . Ambos, de momento, guardan silencio ante el escándalo .