Máximo Kirchner recibía maletas con dinero de la corrupción

Milagro Sala es la indígena que más poder concentró durante la última década en Jujuy (provincia fronteriza con Bolivia) y hoy está detenida por asociación ilícita , entre otros delitos. Balconte, imputada por los mismos delitos que su exjefa, incluido el de fraude al Estado y extorsión, abrió el ventilador y declaró ante el juez Gastón Mercau que los fondos eran desvíos de los recibidos para la construcción de viviendas oficiales en la provincia norteña donde Sala, líder de la militarizada agrupación Túpac Amaru , asumió gran parte de la obra pública en materia de vivienda con el respaldo del Gobierno de Fernández de Kirchner.

En su declaración añadió que la ruta del dinero pasaba por la casa de Milagro Sala y una parte iba a «la Quinta de Olivos», donde «el Principito» –como llamaban a Máximo Kirchner– los recibía con Andrés «el Cuervo» Larroque , diputado y líder de La Cámpora, la organización «ultra k» y guardia pretoriana de la expresidenta en su regreso al ruedo político de las últimas semanas.

El testimonio de Balconte, nueva arrepentida de la corrupción que investiga, por diferentes vías, la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, es el primero que apunta directamente a Máximo Kirchner. El fiscal al frente de la causa confirmó que Mabel Balconte también «nombró a otros funcionarios vinculados al Ministerio de Planificación Federal». El titular de este ministerio era el hoy diputado Julio De Vido , en lista de espera en una decena de causas judiciales pero, como Máximo, protegido por los fueros.

Guillermo Puerta , abogado de Balconte, detalló que periódicamente «entre 12 y 15 valijas viajaban con destino al departamento de Milagro Sala en la calle Lima y de ahí se dirigían a la Quinta de Olivos».

A la sombra de Sala durante años, Balconte justificó su proceder «porque éramos rehenes y no podíamos hablar, v ivíamos amenazados y yo soy madre soltera y tenía miedo por mis hijos» , aseguró en entrevista con Infobae.com. Conocidos los abusos de poder y violencia de Sala, insistió, «recibíamos amenazas muy fuertes. Éramos testigos de cómo Milagro Sala amenazaba a todos».