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La Casa Blanca presiona para que dimita el fiscal general

Trump está muy descontento con la actitud de Sessions ante la trama rusa

Sessions y Trump, juntos en la Trump Tower en octubre de 2016 REUTERS
Javier Ansorena

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En poco más de seis meses en la Casa Blanca, Donald Trump ha hecho rodar las cabezas de varios cargos clave de su Administración. Primero fue Michael Flynn, asesor de seguridad nacional ; después James Comey, director del FBI ; hace unos días dejó su puesto Sean Spicer, el secretario de Prensa . La próxima víctima podría ser el fiscal general, Jeff Sessions , que se convirtió en las elecciones en el primer senador en dar su respaldo a Trump y que, hasta hace pocos meses, era un aliado íntimo del presidente.

Las interferencias de Rusia en las elecciones y la investigación de un posible complot entre Moscú y el equipo de Trump para ello estuvieron detrás de las salidas de Flynn y Comey , y ahora también ponen en el punto de mira a Sessions. El fiscal general decidió recusarse en marzo en las investigaciones de la trama rusa después de que se revelara que había tenido contactos con agentes de Moscú durante las elecciones.

Esta recusación fue el detonante del nombramiento de un investigador especial de la trama rusa, Robert Mueller , decidido por el vicefiscal general, Rod Rosenstein. La carambola ha enfurecido a Trump, que en lugar de tener al fiel escudero que veía en Sessions, se ve ahora presionado por Mueller, con su Gobierno atenazado por sus investigaciones.

Contra Hillary Clinton

La animosidad de Trump contra Sessions se ha calentado en los últimos días, con la impresión de que su puesto está en la cuerda floja. El presidente aseguró en «The New York Times» que no hubiera elegido a Sessions de saber que se recusaría. Y en estos días ha redoblado los ataques desde Twitter. El lunes dijo que el fiscal general estaba «atribulado» y ayer criticó que tenía «una posición muy débil» sobre los delitos de Hillary Clinton. Varios medios estadounidenses aseguraban ayer que Trump se plantea despedir a Sessions y los comentarios de su entorno no lo desmienten.

Anthony Scaramucci, su nuevo director de comunicación , reconoció que es «probablemente cierto» que Trump quiera desprenderse de él. Y la nueva secretaria de prensa, Susan Sanders, admitió que el presidente está «descontento». Su salida sería el primer paso para deshacerse de Mueller. Así lo ven demócratas como el congresista Adam Schiff , para quien Trump «quiere forzar la renuncia de Sessions para nombrar a alguien que pare la investigación de Mueller». No está claro si un nuevo fiscal general interino podría despedir al investigador especial o si el presidente Trump optaría por nombrar un fiscal general en el receso legislativo de agosto, pero ya hay nombres en las quinielas: el senador Ted Cruz y el ex alcalde de Nueva York Rudy Giuliani.

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