Cameron y Clegg prometen durar y exhiben «química»
David Cameron y Nick Clegg han estrenado mandato, uno como primer ministro y el otro como su “número dos”, con una rueda de prensa en el jardín de Downing Street. No sólo lucía el sol, sino que cantaban los pájaros: un decorado perfecto, ese Rose ... Garden, para la presentación del matrimonio político entre conservadores y liberal-demócratas. La “química” entre ambos líderes fue evidente.
Los dos se mostraron seguros de que el “Gobierno radical y reformista” que ponen en marcha durará, y no sólo porque por ley aprobarán que la legislatura complete los cinco años. El primer Ejecutivo de coalición en 65 años “tendrá éxito a través del éxito, la gente verá que es un buen Gobierno”, aseguró Cameron, convencido de que habrá un “liderazgo estable y fuerte” a persar de las posturas distintas de sus respectivos partidos. Clegg enfatizó que su formación aprobó de “forma abrumadora” el pacto con los “tories”.
Ambos dirigentes llegaron a la parte trasera de Downing Street hablando amigablemente entre ellos. Cada uno vestía la corbata con el color de su partido -azul la de Cameron, amarilla la de Clegg-, pero esa fue la única diferencia entre los dos. Más parecía un trato entre iguales, dos copresidentes de Gobierno, que el primer ministro y su segundo.
El líder “tory” aseguró que la opción de la coalición no era sólo hacer de la necesidad virtud. Aún teniendo la posibilidad de jugar la carta de gobernar en minoría, desde el principio apostó por intentar una cooperación con los liberal-demócratas, porque ello aportaba “más inspiración” y suponía la “excitación de una alternativa más creativa”.
Cameron declaró abierta una “nueva política en la que la cooperación importa más que la confrontación y el diálogo no es visto como debilidad sino como signo de progreso”. “Hasta hoy éramos rivales”, manifestó parte Clegg, “ahora estamos aquí en una coalición. Eso dicho mucho sobre la escala del cambio que ha ocurrido en la política británica”.
Preguntados sobre la cuestión europea, campo en el que los dos partidos mantienen serias diferencias, Cameron destacó que “tories” y liberal-demócratas han buscado posiciones comunes y han dejado de lado las que les separan, como la recuperación de competencias en materia laboral cedidas a la UE, que pedían los conservadores, o la defensa de una futura entrada en el euro, que era la postura del partido de Clegg.
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