Aung San Suu Kyi: «En Birmania no queremos inversiones que traigan más corrupción»

En su primer discurso internacional en más de dos décadas, la Nobel de la Paz reclama la «urgente» reforma de las leyes birmanas para seguir avanzando hacia la democracia

Aung San Suu Kyi: «En Birmania no queremos inversiones que traigan más corrupción» efe

PABLO M. DÍEZ

En su primer viaje al extranjero desde 1988, la premio Nobel de la Paz y líder opositora birmana Aung San Suu Kyi se ha erigido este viernes en la estrella del Foro Económico Mundial en Bangkok, una cita del Foro de Davos especializada en ... el Sureste Asiático. Ante ejecutivos de las principales multinacionales del mundo, Suu Kyi ha demandado “urgentes reformas legales” ensu país para captar inversión foránea.

“En Birmania hay buenas leyes, pero no tenemos un sistema judicial limpio e independiente”, advirtió “La Dama”, como es popularmente conocida, en un discurso de 15 minutos que supone su primera intervención internacional tras pasarse bajo arresto domiciliario 15 de los últimos 22 años por oponerse al régimen militar que dirige su país. “Los inversores en Birmania deben tener en cuenta que incluso las mejores leyes no tienen ninguna utilidad si no hay tribunales lo suficientemente limpios e independientes para administrar las normas de forma justa”, recordó Suu Kyi, que recomendó un “sano escepticismo” frente a las reformas emprendidas por el nuevo Gobierno.

Dirigida con puño de hierro por un régimen militar desde 1962, esta paupérrima nación del Sureste Asiático ha empezado a abrirse tras las elecciones celebradas en el otoño de 2010. Aunque dichos comicios no fueron más que un “pucherazo” que sentó en un Gobierno civil a los antiguos generales de la Junta militar, su presidente, Thein Sein, ha liberado a cientos de presos políticos y ha relajado la represión y la censura, iniciando así una progresiva transición democrática.

Reconocimiento mundial

Buena prueba de ello es la puesta en libertad de Suu Kyi, que tuvo lugar poco después de aquellos comicios, y su elección en abril como diputada del Parlamento nacional. En apenas dos años, “La Dama” ha pasado de ser una prisionera política recluida en su casa de Yangón (Rangún) a participar abiertamente en mítines políticos y entrevistarse con líderes mundiales como la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, o el “premier” británico, David Cameron.

En esta cita oriental del Foro de Davos, Aung San Suu Kyi ha explicado los nuevos aires de cambio que se respiran en Myanmar (nombre oficial de la antigua Birmania) y sus consiguientes oportunidades de negocio, pero también ha alertado de sus riesgos por la falta de democracia . “Piensen detenidamente lo que es mejor para Birmania y no sólo en el beneficio. No queremos inversiones que traigan más corrupción y desigualdades”, explicó la Nobel de la Paz, que reclamó medidas “para desactivar la bomba de relojería que supone el elevado desempleo juvenil”.

Articulando un discurso mesurado, Aung San Suu Kyi busca apoyo internacional para la apertura emprendida en su país, con la esperanza de participar en las elecciones previstas para dentro de dos años y aspirar así a la presidencia de Birmania desde la “legalidad” impuesta por el régimen militar. “ Veré la democracia en Birmania” , aseguraba en una entrevista concedida a ABC en diciembre de 2010, justo después de su liberación.

Gracias, en parte, a su mediación, la comunidad internacional ha respondido a la “primavera birmana” levantando algunas de las sanciones que, impuestas por la Unión Europea y Estados Unidos, pesaban desde hace décadas sobre este país, rico en materias primas como madera, gas, minerales y piedras preciosas. Como consecuencia, se han disparado las inversiones extranjeras y el turismo, a pesar de que hay vastas extensiones del territorio nacional controladas por guerrillas étnicas que han formado sus propios Estados independientes “de facto”. Tras décadas de lucha, el Gobierno ha acordado el alto el fuego con algunos de estos grupos rebeldes, pero Birmania es un avispero más enrevesado aún que Los Balcanes porque cuenta con 135 tribus y ocho grandes etnias que se reparten el país.

Aung San Suu Kyi también ha aprovechado su paso por Tailandia para darse un baño de masas entre la abundante comunidad de emigrantes birmanos, muchos de los cuales se han exiliado por problemas políticos o, simplemente, huyendo del hambre. Víctimas en ocasiones de las mafias que trafican con seres humanos, los birmanos componen el 80 por ciento de los extranjeros que trabajan en Tailandia.

Tras su paso por el “país de la sonrisa”, Suu Kyi viajará a Europa . En Suiza pronunciará una conferencia en la sede de la Organización Mundial del Trabajo en Ginebra. Posteriormente, en Oslo agradecerá con 21 años de retraso el Nobel de la Paz que le concedió el Comité noruego en 1991. En Irlanda subirá al escenario con Bono en el concierto en su honor que dará U2 en Dublín y en Inglaterra se reunirá con sus hijos.

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