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Los asesores advierten a Trump del exceso de optimismo con Kim Jong-un

Las aparentes cesiones del dictador norcoreano generan recelo en la Casa Blanca

Kim Jong-un observa el lanzamiento de uno de sus misiles REUTERS
Manuel Erice Oronoz

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Hay pocos días en los que Donald Trump no celebra el histórico proceso entre Estados Unidos y Corea del Norte , incluidos guiños de respuesta a los continuos mensajes de buena voluntad del dictador norcoreano, Kim Jong-un . Lejos queda el intercambio de golpes en el que el ocupante del Despacho Oval llamaba «hombre cohete» a su joven homólogo. Ayer tampoco quedó comentario optimista el camino abierto con Pyongyang: «El trabajo que estoy haciendo es algo que se debería haber hecho hace mucho tiempo», proclamaba en Twitter Trump, en un intento de resaltar sobre sus antecesores, como le gusta.

Sin embargo, no todo son parabienes estos días en la Casa Blanca con el hermético régimen comunista. Los anuncios de aparentes concesiones que va dosificando Kim Jong-un generan recelo y escepticismo en la mayoría de asesores de Trump, para quienes se trata de una simple táctica para adquirir protagonismo que puede situarle en situación de ventaja. La tesis, preocupante para algunos, es que, sin haber hecho concreción probada alguna, Washington se vea obligado al final a aceptar algunas de sus demandas en una hipotética negociación.

La prueba de la habilidad con la que se está empleando Kim Jong-un, según algunos consejeros de la Casa Blanca, sería su último compromiso de no recurrir a pruebas nucleares ni al lanzamiento de misiles balísticos y las pruebas nucleares, como los que generaron tanta tensión con Estados Unidos, después de comprobarse que podían llegar a alcanzar territorio continental norteamericano. El propio Trump ha dado muestras de caer en la trampa dialéctica al tuitear ayer que el Pyongyang ya había renunciado a la desnuclearización, asunto capital en el proceso, sin que la Casa Blanca hubiera tenido que ofrecer nada a cambio. Como le recordó en la red social minutos después el experto Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group, el dictador se ha limitado a ofrecer una suspensión de las pruebas.

Guiños tácticos

Desde que abriera la puerta a un diálogo sobre la desnuclearización de la península coreana, Kim Jong-un ha ido haciendo guiños que los asesores de Trump observan como puramente tácticos. Primero, fue la propuesta de conversaciones . Más tarde, deslizó por vía diplomática que no plantearía a Estados Unidos la tradicional exigencia de llevarse las tropas de la zona. El compromiso de clausurar el lugar donde se lanzaban los misiles suena bien. Pero los expertos de la Casa Blanca se han fijado más en la promesa del dictador de llevar la economía hacia «una espiral de crecimiento». A su juicio, es la prueba de que el efecto de las sanciones económicas ha obligado a Kim Jong-un a ofrecer un diálogo que no deseaba, informa «The Washington Post». Por eso, proponen mantener la máxima presión, a fin de evitar sorpresas en el proceso de negociaciones que puede abrirse en unas semanas.

Antes de que Trump y Kim Jong-un protagonicen su histórica entrevista, previsiblemente a finales de mayo o principios de junio, esta semana el dictador afronta su primera prueba de fuego. Su encuentro con el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in , puede abrir la puerta a un acuerdo de paz histórico. Un entendimiento allanaría el camino para que Washington y Pyongyang avancen hacia una negociación para desnuclearizar la península coreana.

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