Alemania da el primer paso hacia el control estatal del mercado del gas
Si Rusia decidiese interrumpir o disminuir el suministro entrarían en vigor progresivamente los dos restantes niveles de alerta, que permiten al Estado racionar el consumo de energía o decidir quién recibirá los suministros con prioridad
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Iniciar sesiónEl Gobierno alemán ha activado el primer nivel del plan de emergencia para el suministro del gas, en vigor desde principios de mes, que supone un primer paso para el control estatal del mercado gasístico . «Actualmente no hay cuellos de botella en el ... suministro», ha tranquilizado el ministro de Economía y Clima, el verde Robert Habeck, «sin embargo debemos aumentar las medidas de precaución para estar preparados en caso de una escalada por parte de Rusia».
El plan de emergencia nacional consta de tres niveles. En este primero queda instituida una unidad de crisis en el Ministerio de Economía, que reúne a sus altos cargos junto a la Agencia Federal de Redes, gerentes de los principales operadores de transmisión y representantes de los gobiernos regionales, que se reúnen a diario para monitorear las entregas de gas y valorar posibles medidas de límite de suministro en caso necesario. «Es una decisión de prevención», ha insistido el ministro sobre un mercado por ahora no regulado.
La directora ejecutiva de la Asociación Federal de la Industria de la Energía y el Agua, Kerstin Andreae, ha reconocido sin embargo que «hay indicios concretos y serios de que estamos entrando en un deterioro de la situación de suministro de gas». Si Alemania accediera a aumentar las sanciones a Rusia, de forma que quedase comprometida la compra diaria de gas por valor de 200 millones de euros, o si Rusia por su parte decidiese interrumpir o disminuir el suministro, entrarían en vigor progresivamente los dos restantes niveles de alerta , que permiten al Estado intervenir el mercado y racionar el consumo de energía o decidir quién recibirá los suministros con prioridad.
La ley estipula que la calefacción de los hogares, así como los hospitales e industria farmacéutica, deberán abastecerse con carácter prioritario . Las empresas podrían quedar sujetas a un régimen de racionamiento y los sectores industrial y químico sufrirían graves pérdidas. Para minimizarlas, el gobierno ha reducido ya la dependencia del gas ruso , que suponía el 55% del total consumido en Alemania antes de la invasión de Ucrania y asciende ahora al 40%, gracias a entregas de Noruega a través de Holanda y Bélgica, pero la independencia total no se logrará hasta el verano de 2024, según datos del gobierno.
Restricciones más duras que en pandemia
Habeck ha hecho un llamamiento a los hogares y a las empresas a reducir el consumo de energía tanto como sea posible. «Cada kilovatio hora de energía ahorrada ayuda», ha dicho, «quien ayuda, ayuda a Alemania y ayuda a Ucrania ». Las grandes empresas, de alto consumo, han enviado un documento Excel a la Dirección General de Industria y Mercado Interior de la autoridad de Bruselas informando sobre sus proyectos para reducir el consumo de gas, petróleo y carbón, con el objetivo de ofrecer una visión general de los ahorros potenciales que se pueden realizar rápidamente según el plan "REPowerEU".
Gernot-Rüdiger Engel, abogado del bufete Luther que se especializa en derecho energético, reconoce cierto «pánico» y añade que muchas empresas están elaborando planes asesoradas por la Agencia Federal de Redes. Pero aún así Alemania sigue lejos de poder permitirse prescindir de las importaciones energéticas rusas . «Como ser humano no puedo entender cómo alguien puede oponerse moralmente a tal embargo», reconoce Marcel Fratzscher, presidente del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW) de Berlín, «pero como economista, la cuestión es más complicada».
«Entraríamos en recesión. Aumentaría el desempleo y algunas industrias que consumen mucha energía podrían perder su competitividad. El embargo afectaría con toda su fuerza a numerosas ramas de la industria y sectores, desde la industria alimentaria hasta los fabricantes de automóviles, los fabricantes de medicamentos y la construcción. La inflación aumentaría mucho más y de forma más duradera... Serían necesarias restricciones más duras que en la pandemia y la experiencia demuestra que no son sostenibles a medio plazo».
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Las administraciones regionales y locales se suman al planeamiento de una situación de escasez energética. El Senado de Berlín ha implementado incluso un plan con más de 30 medidas para reducir el consumo de agua en la capital y que organiza el racionamiento de agua potable en caso de que sea necesario. «Tenemos que pensar en los límites de suministro en una hipotética situación de escasez de agua», ha defendido Frauke Bathe, senadora de Medio Ambiente, que ha trazado medidas para reducir los picos de consumo y aumentar el almacenamiento artificial de aguas subterráneas.
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