Alemania contra la gran evasión
La justicia alemana ha desatado una nueva persecución contra los evasores de impuestos y la fiscalía en Düsseldorf tiene en la mira a 1.100 clientes del banco helvético Crédit Suisse.
Es la primera confirmación de que la policía en el estado de Renania y ... Westfalia se ha hecho, como amenazaba recientemente, con el disco compacto ofrecido y presuntamente lleno de datos de clientes alemanes reacios a pagar sus impuestos en suelo propio.
El primer resultado del análisis de datos del CD, que aparentemente habría sido puesto a disposición de las autoridades por métodos de espionaje bancario y por tanto cuestionado, ha puesto sin embargo en el objetivo a más de un millar de evasores, y por un fraude conjunto de más de 1.000 millones de euros, según confirma un portavoz de la fiscalía renana.
Cómplices de sus clientes
La información pertinente a otras regiones federadas está siendo distribuída asimismo a las autoridades de los estados vecinos, en los que también se está abriendo las correspondientes investigaciones, si bien la voz cantante en el proceso policial ha sido encomendada a la fiscalía de Düsseldorf.
Aunque la fiscalía no ha querido revelar si entre los sospechosos hay personalidades alemanas conocidas, sea de la industria, el espectáculo o la política, sí se sabe que también se está procediendo, según se desprende, contra empleados bancarios que habrían sido posibles cómplices de sus clientes evasores del fisco.
Crédit Suisse es la segunda entidad en clientes de la confederación helvética y uno de los principales del mundo. El ministerio de Hacienda y el de Interior vienen recrudeciendo su lucha contra el fraude de sus fortunas en países del entorno con cargas impositivas muy inferiores, como Luxemburgo, Suiza o Liechtenstein, lo que ha creado tensiones diplomáticas especialmente con Suiza, que se siente ninguneada por su gran vecino.
En una famosa redada anterior, a partir de otro CD de datos filtrado aparentemente por un empleado en Liechtenstein, cayó en las redes del fisco el propio presidente de la Deutsche Post (Correos) Klaus Zumwinkel. La extraordinaria publicidad conferida a la detención planteó serios interrogantes sobre tentaciones ejemplarizantes en la fiscalía. Finalmente Zumwinkel ha sido condenado a dos años de condicional, más una multa de un millón de euros.
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