Es el caos que se ha formado en torno a las aduanas francesas. Ahora no es más que el resultado de un simulacro. Pero previsiblemente podría suceder en cuanto Reino Unido abandone definitivamente la Unión Europea y sin un acuerdo comercial bien definido. Colas infinitas, ... hasta que se pierde la vista, en las carreteras que conducen al puerto de Calais. El principal punto de tránsito entre Gran Bretaña y Francia, por donde cruzan a diario miles de camiones. Los conductores graban a centenares de ellos acantonados unos tras otros. Bloqueados. Atascados durante horas a la espera de pasar los controles aduaneros. Algunos no han tenido más remedio que soportar veinticuatro horas de espera para poder chequear la mercancía. Con el 29 de marzo en el horizonte, es la desbordante consecuencia que podría plantear una frontera dura tras la aplicación del Brexit. Y la inquietud se extiende por todo el Canal de la Mancha. Temen que desemboque en una debacle económica.
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