La ONU acusa al Gobierno sirio y a los opositores de usar a los civiles de Alepo como «peones»

A la espera de lo que pueda ofrecer la reunión de Ginebra entre Estados Unidos y Rusia para analizar la evacuación de civiles, Naciones Unidas aseguró haber recibido «informaciones muy preocupantes» sobre « cientos de hombres que han desaparecido tras cruzar a áreas controladas por el Gobierno », según el portavoz de la Oficinal del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Rupert Colville.

Debido al «terrible historial de detenciones arbitrarias, tortura y desapariciones forzosas de las fuerzas gubernamentales», Colville se mostró «profundamente preocupado por el destino de estas personas». Los informes a los que ha tenido acceso la ONU señalan que las fuerzas de seguridad separan de las familias a los hombres que tienen entre 30 y 50 años para interrogarles y después se pierde el contacto con muchos de ellos.

En el vecino Irak también se han producido denuncias de este tipo tras la salida de decenas de miles de civiles de las zonas de combate en la ofensiva de Mosul, en este caso las fuerzas kurdas y el Ejército iraquí argumentaron que retenían a los varones en edad de combatir para evitar que se les colasen simpatizantes del grupo yihadista Daesh.

Hay miedo a cruzar al lado gubernamental, pero también hay miedo en el lado opositor ya que algunos grupos como el Frente Fatah Al Sham, brazo de Al Qaida en el país, han secuestrado y asesinado en las últimas semanas a «un número indeterminado» de civiles que habrían pedido salir de la parte oriental de la ciudad debido a los combates, aseguró Colville.

El organismo internacional denunció además que «entre el 30 de noviembre y el 1 de diciembre grupos armados de la oposición dispararon contra los civiles que intentaban salir de Bustan al Qasdr». La ONU acusó a ambas partes de usar a los civiles como «peones» en «una flagrante violación de la obligación internacional de adoptar las precauciones necesarias para proteger a los civiles».

Los opositores armados, abandonados por antiguos aliados como Turquía, Estados Unidos o los países del Golfo, no pueden hacer frente a la ofensiva de las fuerzas leales al Gobierno sirio, que en apenas dos semanas han recuperado el 85 por ciento de la zona perdida en el verano de 2012 . El Ejército avanza de la mano de Rusia, la milicia libanesa de Hizbolá y las milicias chiíes reclutadas por la Guardia Revolucionaria de Irán. Tras abandonar el miércoles sus posiciones en la Ciudad Vieja de Alepo, punto simbólico y estratégico, algunos grupos pidieron una tregua humanitaria de cinco días a Rusia, el gran aliado del presidente Bashar al Assad, para poder evacuar a los enfermos y heridos.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov , accedió el jueves al cese temporal de las operaciones militares, pero en una comparecencia ante los medios durante el consejo anual de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), reconoció que «con toda seguridad» el ejército sirio reactivará su ofensiva cuando concluya esta emergencia humanitaria y que la mantendrá «hasta que los bandidos abandonen el este de Alepo».

La retirada de los grupos armados es una condición innegociable de Rusia y Siria para el alto el fuego definitivo en Alepo. De momento, grupos como el Frente Fatah Al Sham se niegan a retirarse y, según los informes de la ONU, se atrincheran entre los civiles a quienes bloquean la salida a zonas a salvo de bombardeos.