Hollande y el socialismo francés se abonan a la «unidad popular»

Será difícil. Entre un 65 y un 75% de los franceses tienen mala o muy mala opinión del presidente Hollande, mientras que un porcentaje aproximadamente idéntico estiman que Manuel Valls, primer ministro, debería ser el «candidato natural» del PS a la próxima elección presidencial.

La concepción, organización y desarrollo del Congreso de Poitiers, entre viernes y domingo, se presenta como el hito fundacional del vasto proyecto político personal de Hollande, convencido de que, llegado el momento, podrá eliminar a su principal rival potencial (Valls) y a los oponentes de otros partidos (Nicolas Sarkozy, Alain Juppé y Marine Le Pen).

Hollande entró en campaña oficiosa hace semanas. El Congreso de Poitiers pondrá en orden de campaña a todas las fuerzas y personalidades políticas que lo apoyan. El primer paso fue una moción aprobada hace días por los militantes socialistas con un 60% de los votos. se trata de una «síntesis» típicamente «holandesa». Cabe todo, del «social liberalismo» (Valls) al «socialismo anti austeridad» (izquierda crítica), con inconfesables briznas «populistas» («unión de las fuerzas populares»).

Días más tarde, los mismos militantes reeligieron como líder y primer secretario del PS a Jean-Christophe Cambadélis, un personaje cuya vida política ha transcurrido por los más variopintos aledaños de las muy distintas familias socialistas, del trostkismo al «social liberaismo» difunto de Dominique Strauss-Kahn (DSK).

Cambadélis fue uno de los arquitectos de la «izquierda plural», de la época en que Lionel Jospin era primer ministro (2002 – 2007). Años más tarde, Cambadélis se ha sacado de la manga la «alianza popular» que está llamada a ser la estrategia «holandesa» de reconquista del poder y él presenta de este modo: «El PS debe cambiar para adoptar la estrategia de una Alianza Popular, que el partido deberá aprobar el otoño de 2016, para convertirse en doctrina oficial del futuro candidato socialista a la elección presidencial».

Cambadélis descarta por ahora la convocatoria de primarias, esperando que Hollande siga «reflexionando». Manuel Valls sale mejor en los sondeos. Pero parece incapaz de formar una alianza con el heterogéneo sector más a la izquierda del PS, que lo odia. Cambadélis y Hollande son dos grandes maestros en la elaboración de «síntesis» aglutinantes. Ese es el objetivo estratégico del Congreso de Poitiers: comenzar a tejer, trabar y construir alianza «familiares» que permitan aislar a Manuel Valls y consolidar a Hollande como «candidato natural» de una socialistas invitados a «reconvertirse» a las virtudes de una futura Alianza Popular, cuando el 30 / 35 % de los obreros votan extrema derecha y Hollande continúa hundido en la tumba de los sondeos.