El Papa recibe a Mahmud Abbas en vísperas del reconocimiento del Estado de Palestina

El nuevo acuerdo, cuya negociación termino hace tres días, sustituye al «Acuerdo de Base» del 15 de febrero del 2000, que la Santa Sede había firmado con la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

El Papa Francisco ofreció al presidente palestino un medallón del Ángel de la Paz explicándole que «destruye el espíritu malvado de la guerra. He pensado en usted, ya que es un poco un ángel de paz».

El 17 de octubre del 2013, al recibirle por primera vez, el Santo Padre le había regalado una pluma estilográfica «ya que tendrá muchas cosas que firmar». Mahmud Abbas respondió que «espero usarla para firmar el acuerdo con Israel», cuya negociación empezó en 1993 después de los acuerdos de Oslo. A lo que Francisco apostilló: «¡Pronto, pronto!».

Por desgracia, las cosas se fueron torciendo desde el 2013 y, aparte de los bombardeos y la invasión de Gaza el pasado verano en una ofensiva contra Hamas que dejó 2.100 palestinos muertos y millares de casas destruidas, el nuevo gobierno de Benjamín Netanyahu ni siquiera se propone dialogar con Palestina.

El comunicado oficial del Vaticano señala que durante los encuentros de Mahmud Abbas con el Papa y, posteriormente, con el secretario de Estado Pietro Parolin, «se habló del proceso de paz con Israel, expresando el deseo de que se pueda reanudar la negociación directa entre las partes», de modo que «con el apoyo de la comunidad internacional, israelíes y palestinos tomen decisiones valientes en favor de la paz».

También se abordó el problema de la proliferación de guerras en la zona y se «reafirmó la importancia de combatir el terrorismo, subrayando la necesidad del diálogo interreligioso».

A su llegada a la biblioteca privada, el presidente palestino saludo al Papa con un amistoso «¿Cómo está? Le veo más joven», que reflejaba el aspecto distendido de Francisco, quien respondió: «Yo también le veo más joven».

Después del encuentro en privado, Mahmud Abbas presentó al Papa a los once miembros de su delegación, que incluía al ministro de Asuntos Exteriores y la alcaldesa de Belén. Después de regalarle un hermoso relicario con reliquias de las dos primeras santas palestinas, Abás se despidió afectuosamente con un «hasta mañana, si Dios quiere».

El presidente asistirá el domingo a la canonización de las dos primeras santas palestinas en la basílica de San Pedro. Se trata de la carmelita Mariam Bawardy (1846-1875), nacida cerca de Nazaret y fallecida en Belén, y la fundadora de las Hermanas del Santo Rosario, Marie Alphonsine Danil Ghattas (1843-1927), nacida en Jerusalén y fallecida en Ain Karim, a unos kilómetros de la Ciudad Santa.