La violencia de Boko Haram obliga a aplazar las elecciones presidenciales de Nigeria

El anuncio se produce en un momento clave del conflicto entre el Gobierno de Nigeria y Boko Haram: apenas una semana después de que la Unión Africana diera su apoyo a la creación de una fuerza internacional para frenar el avance del grupo yihadista.

El contingente, compuesto por cerca de 7.500 soldados, deberá ahora ser aprobado por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para su despliegue en territorio africano. Sin embargo, seis semanas para acabar con el grupo terrorista de cara a las elecciones se presenta como una utopía desmesurada (aunque aplazar los comicios también otorgará un respiro para entregar cerca 30 millones de tarjetas de votante que continúan sin dueño). No obstante, la oposición de Nigeria asegura que el aplazamiento es un «gran revés para la democracia».

En el último mes, las matanzas registradas al noreste de Nigeria, en especial la ocurrida en la localidad de Baga, donde se estima perdieron la vida cerca de dos mil personas, ya había demostrado  la incapacidad del Ejército local para frenar al grupo yihadista.

Y no solo por los problemas internos de la tropa (en diciembre, un tribunal marcial condenaba a la pena de muerte a 54 militares que se negaron a recapturar tres ciudades tomadas por los radicales. Los soldados aducen que no contaban con armamento ni munición).

«La situación actual es muy preocupante debido al aumento de la violencia y a  los continuos ataques en el noreste de Nigeria y en la cuenca del lago Chad», reconoce ahora la presidenta de la Comisión de la UA, Nkosazana Dlamini Zuma.

Mientras, el conflicto ciertamente parece internacionalizarse. Solo en el último mes se ha producido, por ejemplo, el secuestro de hasta 80 personas (entre ellas, al menos 50 menores) en Camerún por parte de la milicia yihadista, así como diversos enfrentamientos en las fronteras de Níger y Chad, país que ya ha enviado un destacamento militar a su Estado vecino.