Neves y Rousseff, empatados en la primera encuesta de la segunda vuelta

El sondeo de la empresa Ibope, difundido el jueves en la noche, es el primero después de la primera vuelta, cuando la presidenta consiguió el 42% de los votos frente el 34% de Neves. Los primeros resultados muestran que el PT se encuentra ante las elecciones más difíciles desde 2002, cuando Luiz Inácio Lula da Silva fue elegido presidente por primera vez.

El apretado resultado refleja el desgaste del actual Gobierno, que recibe críticas por su mala gestión -especialmente en el área económica, con un repunte de la inflación y un bajo crecimiento- y denuncias por corrupción que implican a la petrolera estatal Petrobras, una de las empresas más importantes del país.

El desgaste también refleja el agotamiento del modelo de estímulo al consumo, que tuvo éxito en los años Lula da Silva. Sin embargo, la inflación al alza, los bajos sueldos y los malos servicios públicos provocaron el estallido de las manifestaciones en junio de 2013 y una de 27 puntos de la popularidad de Rousseff, que se situó en el 30%. Durante la campaña, Rousseff insiste en las mismas promesas que hizo a los manifestantes el año pasado, que hasta ahora no ha cumplido ninguna.

La estrategia del PT, dueño de la maquinaria electoral y de mayores donaciones, es perjudicar la imagen de Neves , como lo hizo con éxito con Marina Silva, que quedó en tercer lugar y era la favorita para pasar a la segunda vuelta, antes de sucumbir frente a la dureza de los ataques de Rousseff y del socialdemócrata.

En su primer discurso tras las elecciones del domingo, la presidenta brasileña declaró que su país no quería el regreso a los «fantasmas del pasado», en referencia a Neves y a su partido que gobernó el país entre 1994 y 2002 con Fernando Henrique Cardoso. Neves respondió que el país no quería los monstruos del presente. Las próximas dos semanas dirán si la candidatura de Neves se desinflará, como le ocurrió a Marina Silva, o si se convertirá en el próximo presidente de Brasil.