El día después de la caída de Kobani…

1-¿Cómo quedaría el equilibrio militar en la zona si cae Kobani?

El Estado Islámico alargaría la zona de influencia de su califato hasta la frontera turca, consolidando su posición al norte de Siria desde su auténtico bastión, Raqqa, a Kobani . El problema es que, a diferencia del resto de territorio conquistado, aquí no contaría con ningún tipo de apoyo por parte de una población local que no comparte ni en lo más mínimo las tesis del EI. El régimen tiene presencia testimonial en las ciudades kurdas, pero son las milicias locales las encargadas de la seguridad.

2- ¿Qué puede ocurrir con los civiles?

Más de 180.000 civiles han huido en las últimas tres semanas del cantón de Kobani , uno de los tres que componen el Kurdistán sirio junto a Yazira y Efrén, y sólo volverán mientras permanezcan los islamistas para luchar contra ellos. La limpieza étnica y sectaria es el primer paso del EI en las zonas que controla y los kurdos nunca jurarán fidelidad al califa, Abu Baker Al Bagdadi. Al no ser un terreno unificado, entre los tres cantones hay zonas no kurdas, es complicado que los civiles opten por acudir a otra de las zonas kurdas en Siria, porque también están bajo la amenaza islamista.

3- ¿Cómo afecta esto al régimen de Al Assad?

El PYD, principal partido kurdo en Siria, ha logrado la independencia política de Damasco sin tener que pegar un solo tiro contra el régimen. Ahora mismo el Kurdistán más que un problema para el régimen, es una carta que se guarda para preocupar al vecino turco y si cae Kobani, quedan Efrén y Yazira. Ankara no quiere la consolidación de una región autónoma al estilo de la que existe en el lado iraquí porque el PYD es una organización hermana del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con quien está en tregua después de una guerra de tres décadas que ha dejado más de 40.000 muertos. Assad se centra en el control de Damasco y en ir ganando terreno gracias a los bombardeos de la coalición y sabe que los kurdos no le van a plantear problemas siempre que les deje operar en su zona con libertad, como lo han hecho desde el estallido de la guerra.

El pueblo kurdo está formado por unos 30 millones de personas, repartidas entre Turquía, Irak, Irán y Siria. De ellas unos dos millones viven en suelo sirio donde desde el comienzo del levantamiento contra Bashar Al Assad han intentado mantener una posición neutral o de pacto de no agresión con un régimen con el que conviven, pero del que ya no tienen dependencia alguna. Los kurdos han sido ciudadanos de segunda categoría para los distintos gobiernos baazistas que nunca les reconocieron sus derechos.

El PYD ha establecido sus propios órganos de gobierno y desplegado sus milicias (las Unidades de Protección Popular o YPG, en kurdo). Los kurdos de Siria anunciaron en noviembre la formación de un gobierno propio de transición siguiendo la teoría de la «tercera vía» (ni con el régimen, ni con la oposición) del líder del PYD, Saleh Muslim. Una decisión que no fue compartida por la segunda fuerza en Siria, el Consejo Nacional Kurdo (KNC, por sus siglas en kurdo), que acusa a los hombres de Muslim de cooperar con Damasco.