Tropas de paz destinadas en República Centroafricana, implicadas en la desaparición de al menos 11 personas
El grupo fue arrestado el pasado mes de marzo por miembros del destacamento internacional, tras la muerte de un militar
¿Quién vigila a los vigilantes? Según denuncia Human Rights Watch , miembros de las tropas de paz de la Unión Africana destinadas en República Centroafricana (MISCA) se encuentran implicados en la desaparición de al menos 11 personas, entre ellas, cuatro mujeres.
El origen de ... la acusación se remonta al pasado 24 de marzo, cuando un miembro congoleño del MISCA (el destacamento internacional se encuentra compuesto, en su mayoría, por soldados de Gabón, Chad, Congo-Brazzaville y Camerún) falleció en un enfrentamiento con la milicia local «anti-balaka».
Con motivo de la agresión, en la que también resultaron heridos otros cuatro miembros del operativo, veinte soldados detuvieron a más de una decena de personas en la ciudad de Boali, situada a 80 kilómetros de la capital, Bangui. Desde entonces, se desconoce su suerte.
«La Unión Africana tiene que decir lo que pasó con el grupo que fue detenido y llevado por las fuerzas de paz de Congo», asegura Peter Bouckaert, director de emergencias de Human Rights Watch.
En marzo de 2013, un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka (compuesto, en su mayoría, por mercenarios musulmanes de Sudán y Chad) provocaba la salida del país del presidente François Bozizé y abriera una crisis política en el país africano. Sin embargo, huidos los soldados de fortuna, son ahora las milicias «anti-balaka», patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano en el país africano, quienes han dado la vuelta a la tortilla del crimen clamando venganza contra todo lo que es musulmán.
Casos de torturas en el pasado
No obstante, éste no es el primer incidente por parte de las fuerzas congoleñas en República Centroafricana. En diciembre pasado, miembros del destacamento destinado en la ciudad de Bossangoa torturaron hasta la muerte a dos líderes «anti-balaka», tras el brutal linchamiento de un compañero el mismo día.
Y tampoco es la primera polémica en la región. El pasado 8 de agosto, una mujer somalí de 20 años era abordada en el distrito de Yaqshid, Mogadiscio, por cuatro hombres y una mujer con uniformes del Gobierno.
Tras su detención por presuntas actividades terroristas, la joven sería conducida a un campamento militar, donde (según su declaración) sería agredida sexualmente por un número indeterminado de miembros de Amisom, un operativo de la Unión Africana compuesto por cerca de 21.000 militares (principalmente de Kenia, Burundi y Uganda). Dos días después de su detención, la mujer fue puesta en libertad.
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