«A las órdenes de Gerry Adams, el IRA puso bombas y asesinó»
Ed Moloney, periodista norirlandés y director del Belfast Project, denuncia el intento del líder del Sinn Féin de «distorsionar su propio pasado» al negar su pertenencia al IRA
borja bergareche
Entre 2001 y 2006, un periodista norirlandés y dos exparamilitares decidieron poner la grabadora allí donde había rencor, dolor y conciencias inquietas. Bajo la dirección de Ed Moloney, afincado ahora en Nueva York como periodista de investigación, 26 exmiembros del IRA y veinte de la ... Fuerza Voluntaria del Ulster, uno de los principales grupos armados protestantes, aceptaron ser entrevistados para un proyecto de archivo oral del conflicto norirlandés. Sus autores lo bautizaron como Proyecto Belfast.
«Las crónicas de los conflictos las suelen hacer los líderes, no los protagonistas»Ahora, las voces del pasado que custodiaba han agitado las aguas del proceso de paz norirlandés al servir de base para la detención del presidente del Sinn Féin , Gerry Adams, el pasado 30 de abril. Las entrevistas fueron realizadas por Anthony McIntyre, que cumplió 18 años de cárcel por su pertenencia al IRA, y por Wilson McArthur, familiar de un exmiembro de la Fuerza Lealista del Ulster (UVF). «En una investigación histórica normal, las entrevistas las habrían realizado académicos pero, en este caso, nadie habría confiado en ellos», explica Moloney.
El proyecto fue apadrinado por el Boston College, una prestigiosa universidad católica con una fuerte conexión histórica con Irlanda. «Nuestra motivación era muy simple, cuando terminan los conflictos las crónicas no suelen ser escritas por sus protagonistas individuales sino por los líderes que protagonizan la paz, siempre predispuestos a embellecer su propio papel en el conflicto», reflexiona en conversación telefónica.
Los entrevistadores enviaban el material recabado a Moloney mediante correos electrónicos cifrados, con el objetivo de proteger la privacidad de los entrevistados. La base de la confianza residía en el compromiso de que las grabaciones solo saldrían a la luz cuando murieran sus protagonistas. Pero la publicación en 2010 de un libro escrito por Moloney, «Voces desde la tumba», con los testimonios de un ex dirigente del IRA, Brendan Hughes, sacó a la luz la existencia del Proyecto Belfast. Moloney es un conocido periodista norirlandés, que tuvo vínculos republicanos en el pasado, autor de varios libros sobre el IRA.
Hughes había sido uno de los responsables del IRA en Belfast en los 70. Y, en su entrevista acusa a Gerry Adams de haber ordenado en 1972 el secuestro y asesinato de Jean McConville, una mujer católica de 37 años acusada de «chivata» por el IRA. Al dedo acusador de Hughes, fallecido en 2008, se sumó tras la publicación del libro la denuncia de Dolours Price, una activista republicana que fue miembro del IRA Provisional.
Rabia hacia Adams
A ambos, recuerda Moloney, les movía una profunda rabia hacia Adams por su constante negación de haber pertenecido al IRA, una «mentira» histórica según Price, que murió en 2013. «Hughes, que fue muy próximo a Adams en los 70, quería a toda costa que su testimonio se conociera en cuanto muriera», explica Moloney. «El motivo era una rabia profunda contra Adams por su estrategia de distanciarse del IRA, lo que implicaba trasladar la responsabilidad de la violencia a otros», como Hughes o Price.
«Adams fue su comandante en el IRA, bajo sus órdenes cometieron actos violentos terribles, como asesinatos y atentados con bomba… y en el caso de Price la rabia era aún mayor, porque a ella le ordenaron hacer desaparecer a gente», explica. Moloney, como Hughes y Price, considera que esa negación de haber sido miembro del IRA constituye «una distorsión de su propio pasado, y un intento de redefinir la narrativa del conflicto para eximirse de cualquier responsabilidad por la violencia».
El año pasado, un juez estadounidense reconoció, tras un litigio de dos años, el derecho de la policía norirlandesa de acceder al contenido de toda entrevista del Proyecto Belfast que aludiera al caso McConville. Aunque solo la de Hughes, según Moloney, vincula directamente a Adams con el caso, el juez ordenó al Boston College el envío de hasta once entrevistas por contener al parecer también referencias al caso. Adams niega cualquier relación, y ha intentado desacreditar por sesgado el proyecto.
Moloney duda del valor legal de las entrevistas: «no son fuente autorizada»Esta semana calificaba en un artículo a Moloney y McIntyre de «opositores a la dirección del Sinn Féin que entrevistaron a antiguos republicanos también hostiles a nuestra estrategia». Moloney contesta citando la sentencia del juez William Young, que describe el archivo como un «ejercicio académico de buena fe de considerable mérito académico». Sin embargo, el propio Moloney -muy crítico con la operación policial en torno a Adams- reconoce que los testimonios recabados «tienen un valor legal muy dudoso: no son ni decisivos, ni aspiran a serlo, ni son una fuente autorizada, porque la historia oral no se verifica, su valor es el testimonial».
Campaña de «presión» del Sinn Féin
Su utilización como pieza central de la acusación contra Adams ha provocado la ruptura de los responsables del proyecto entre ellos y con el Boston College y, para muchos, la imposibilidad de construir un nuevo archivo del conflicto en el futuro. Moloney denuncia que los abogados del Boston College nunca revisaron los contratos para asegurarse de que la garantía de no publicación hasta el fallecimiento era «absoluta», tal y como les solicitaron, según explica. «El bibliotecario con el que tratábamos nos mintió, y las entrevistas se hicieron por tanto bajo una falsa promesa» de garantía de privacidad, dice.
La semana pasada, un portavoz de la universidad explicó que el centro invitaba ahora a todos los entrevistados a solicitar la recuperación de las grabaciones, y acusaba a los padres del proyecto de haberlo puesto en marcha con la pretensión ingenua de que no les aplicarían los tratados de intercambio de información legal y de cooperación judicial vigentes entre Estados Unidos y Gran Bretaña, y que aplicó el juez Young para ordenar el acceso de la policía norirlandesa a las cintas.
Ahora, la campaña de desprestigio y «presión» del Sinn Féin, cree Moloney, «tendrá un efecto inhibidor –y no solo en Irlanda del Norte- que hará casi imposible recabar un archivo del conflicto norirlandés; la narrativa al final será escrita por los Gerry Adams y los Martin McGuinness», se lamenta.
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