Michelle Knight no guarda rencor a Ariel Castro

«Si hice algo malo, así sea algo pequeño, a mí me gustaría que alguien me perdone. Así es que yo puedo perdonarlo por todo el mal que hizo porque ese es el camino de la vida», dijo Michelle.

La joven ha tratado de exorcizar sus demonios con un libro «Finding me» (Encontrándome) en el que comparte los abusos, las torturas y el aislamiento que sufrió. Cómo fue engañada por Ariel Castro para acompañarle a su casa en 2002 para coger un cachorro para su hijo Joey y cómo fue brutalmente violada, colgada por unos cables y con un casco de moto en la cabeza para que nadie pudiera oírla. Cómo padeció continuas torturas y violaciones y cómo Castro provocó que abortara en cinco ocasiones privándole de alimentos y propinándole puñetazos en el vientre. Desde entonces, cuenta, odia el color rosado.

Knight revela en su relato que Castro odiaba a los negros y se puso violento cuando la sorprendió viendo «El Príncipe de Bel-Air» en televisión, o cómo éste se lamentaba de no haber secuestrado a otras jóvenes, com Elizabeth Smart, que aparecían en las noticias. « Ojalá hubiera llegado a esa pequeña JonBenet Ramsey primero», asegura que le confesó.

Castro le llevó un día un cachorro, pero le rompió el cuello para acallar sus ladridos cuando abusaba de ella y la maltrataba psicológicamente diciéndole que su vida no tenía sentido.

Recuerda también cómo trabó amistad con Georgina de Jesús, encerrada en su misma habitación, y cómo el nacimiento de la hija de Amanda Berry supuso una cierta relajación en su secuestro, porque Castro no quería que la niña viera a las mujeres encadenadas. Su raptor se divertía dejando la puerta entreabierta para que intentaran escapar, cerrándosela en sus narices.

Sin embargo, en una de estas ocasiones Amanda Berry logró que un transeúnte oyera sus gritos y acudiera a rescatarlas . Aquel 6 de mayo de 2013 fueron finalmente liberadas y Ariel Castro detenido. Apareció colgado en su celda meses después.

Un año después, Knight aún no ha vuelto a ver a su hijo Joel, quien fue dado en adopción durante su secuestro y aún es demasiado joven según su familia adoptiva para conocer a su madre biológica, aunque confía en reencontrarse con él algún día. Las tres secuestrada se han distanciado, porque verse les recuerda la terrible experiencia que sufrieron. Knight cree que este calvario le ha enseñado a disfrutar de la vida: «Soy libre de volar».